NO TIENE DESPERDICIO...


Lo siento mucho, me he encontrado con un texto en INTERNET que no tiene desperdicio, y como todo, he decidido compartirlo con vosotros. El texto estaba en inglés y además pensando en lectores norteamericanos, así que no sólo lo he traducido (la carrera se llama TRADUCTORES…) sino que lo he adaptado a la mentalidad española (… e INTÉRPRETES), pero es que no tiene desperdicio ninguno, así que espero haber sabido al menos, destilar, la misma ironía del texto original… y que no os eche para atrás el título, dadle un margen de confianza al post, os aseguro que no os defraudará, al menos os arrancará una tierna sonrisa:

CONFESIONES DE UNA BIBLIA CUALQUIERA

Mi historia comienza el día en que me compraron, aunque no os creáis, los motivos por los que se compra una Biblia suelen variar de una casa a otra… normalmente suelo ser voluminosa, con filos dorados y tamaño king size cuando se me regala a una pareja de recién casados, allá por los años 70, para engalanar la estantería del salón y nunca más abrirme… en los años 80, seguramente me compraron, mucho más normalita, y a ser posible baratunga, para que el niño pudiese buscar las citas que le mandaban en catequesis o en las clases de religión del colegio (ahora creo que compito con una asignatura llamada alternativa…), y hay quien me compra ¡fíjate tú que cosas! porque de verdad quiere conocerme y entenderme, este fue el caso que nos ocupa.

Todo iba bien entre mi dueño y yo. Me acuerdo que juntos tuvimos muchos días de estudio, de lectura y sobretodo de oración… pero un buen día no llegó a usarme ni para leer, ni para estudiar, ni para orar, y así pasaron las tardes, las noches y las semanas, hasta que supe la tragedia que se cernía sobre mí y el motivo del cambio: ¡INTERNET, cómo no, debí imaginármelo! Y es que mi dueño se había descargado de internet una de esas Biblias "Electro-Computarizadas", que poseía mas de diez versiones bíblicas diferentes, cuarenta y cinco atlas bíblicos, veinte diccionarios léxicos-gramaticales de latín, griego, copto, cirílico y de cuántas lenguas existen versiones mías rodando por esta tierra del Señor, cuarenta películas bíblicas en DVD y todos los documentales de NATIONAL GEOGRAPHIC sobre TIERRA SANTA, amén de documentales biográficos del Apóstol PABLO, hasta SAN AGUSTÍN, LUTERO, y MARTIN LUTHER KING…

Después de estar varios meses polvorienta y olvidada, mi dueño volvió a encontrarme en un rincón del estante del salón. Al parecer su vida se había complicado bastante: Tenía unos problemillas con una señora de internet, de esas del FACEBOOK, y claro, su esposa lo dejó por el cartero, además le había mordido su perro –que seguramente tenía Síndrome de Alienación Monoparenteral (azuzado por la ex-mujer), y estaba endeudado del agua, la luz y del gas, entre otros. Para mí fue muy bueno encontrarnos nuevamente en esos consoladores momentos de "la gran tribulación", pero cuando sus problemas nuevamente se arreglaron, no solo me olvidó, sino que me dejó olvidada en el autobús, yo creo que a caso hecho… en fin “yo nunca lo haría”.

Fue ahí donde una señora mayor, muy buena, aunque muy beata, vamos de las que yo diría una auténtica meapilas de toda la vida de Dios, me encontró… y claro, la primera noche, considerándome una especie de regalo del cielo, decidió abrirme al azar, a ver qué desgnio de Dios se abría ante sus ojos… he de reconocer que fui un poco traviesa, y me abrí por el Salmo 91:

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
a la sombra del Todopoderoso,
dile al Señor: mi amparo, mi refugio
en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza.
El te libra del lazo
del cazador que busca destruirte;
te cubre con sus alas
y será su plumaje tu refugio.
No temerás los miedos de la noche
ni la flecha disparada de día.
ni la peste que avanza en las tinieblas
ni la plaga que azota a pleno sol.
aunque caigan mil hombres a tu lado
y diez mil a tu diestra,
tú permaneces fuera de peligro;
su lealtad te escuda y te protege.


 
Y sigue mucho más, aunque no me explayo por no aburriros… ¡Jolín (daros cuenta de que no digo palabrotas), yo sólo quería complacerla!, pero nunca imaginé que se lo iba a tomar tan a pecho… vamos, como si yo fuera un amuleto… y así me tuvo, durante casi dos semanas, rodeada de florecitas, de hojitas de laurel, abierta sobre un atril por el Salmo 90 y con unas estampitas de santitos alrededor. No creo que le haya protegido mucho, pues por culpa de las velas que tenía prendidas todos los días a mi lado se le incendió la habitación. Gracias a Dios no me quemé, pero de tanto estar abierta tengo un tirón cervical entre MATEO y MARCOS.


Como los bomberos no sabían que hacer conmigo, y mi dueña estaba con la mascarilla de oxígeno del 112 atendiendo a otras cosas, me recogió un mendigo que pasaba por allí que, respetuosamente, me dejó a las puertas de una Iglesia muy moderna, de MADRID, de esas que hay ahora que te pierdes, que parecen centros comerciales tan iluminados, tan blanquitos, tan asépticos, tan de todo, que en vez de crucifijo tienen una lámina de un artista mega moderno, que a mí me parecía un manchurrón de colores en vez de una imagen de nuestro Señor… en fin, no me quejaré que ya tenía nueva casa, y me colocaron en la estanteria de uno de esos megasalones parroquiales.

Es verdad, la modernura no estaba sólo en la Iglesia, había mucha vidilla en esa parroquia: Había grupos de jóvenes, de matrimonios, de ancianos de VIDA ASCENDENTE (que siempre me ha sonado como a estar en el disparadero al cielo, o sea, a la otra vida), kikos neocatecumenales, grupos del Opus Dei, Legionarios de Cristo, vamos, todo un crisol de lo mejorcito de la Iglesia actual… ¡Con deciros que hasta había grupos de oración y lectura de la Biblia! ¡Al menos allí sería útil! ¡Nada más lejos de la realidad! Enseguida me di cuenta que muchos de los asistentes llevaban unas apoteósicas Biblias de esas de moda, tales como la "Biblia del Ministro", "la Biblia del diácono", "la Biblia de la quinceañera", "la Biblia del director de alabanza", "la Biblia de la prosperidad" y "la Nueva Biblia de la Conferencia Episcopal". Otros, que se creían muy eruditos, portaban en sus brazos versiones de la Biblia en hebreo, griego, latín, en gerigonsio y una en "lenguas", para los más espirituales. Pero ninguna de ellas estaba arrugada ni subrayada, como yo, es lo que tiene la edad, aunque esté vieja, desfasada y de modé, como dicen los franceses, al menos compartía estante, o más bien asilo, con otras ancianas respetables de toda la vida “la Biblia de Jerusalén”, la “Biblia española” y la “Biblia Nácar-Colunga”, sin contar con nuestra anciana madre “la Biblia de la BAC”.

Pero como las personas mayores no tenemos cabida entre tanta juventud, moda y megafashionismo, pues nos cogieron a las cuatro para quitarnos del medio y claro, por aquello del respeto debido a la PALABRA DE DIOS, no nos tiraron a la basura, sino que se las regalaron a un predicador gitano, de dos locales más allá, de esos de los ALELUYAS… Mis temores se hicieron realidad el domingo cuando al predicador más respetado de la congregación le tocó el turno de predicar. Al pararse frente a la comunidad, cerró sus ojos, buscó al azar y cuando apuntó con su dedo una porción bíblica, abrió sus ojos y comenzó a leer la genealogía de JESUCRISTO. Al verse en el problema que estaba, trató de continuar con la predicación, como pudo, diciendo:

Creo que el mensaje de hoy ha sido claro y como dice la Palabra en el libro de Géminis, estaba el Faraón sentado en su trono con la Reina Valera, cuando vino el Apóstol Pedro y le dijo: Faraón, te voy a contar una parábola. Hubo una vez un hombre que tuvo dos hijos, el mayor se llamaba Caín, el menor se llamaba Abel. Caín tenía siete vacas gordas. Abel tenía siete vacas flacas y las siete vacas flacas se comieron a las gordas, fue ahí donde Caín contrató a unos bandoleros muy famosos, los cuatro jinetes del Apocalipsis, éstos aprovecharon la oportunidad cuando el hermano menor le pidió a su padre la herencia que le correspondía y al salir por el camino, le asaltaron y golpearon. Una parte de este joven cayó al lado del camino, otra entre espinos y la última entre pedregales. Con lo que recogieron de él, llenaron 12 cestas. Entonces vinieron dos amigos de la victima, uno se llamaba JOSEPH SMITH, el otro MAHOMA. Éstos vendieron todo lo que tenían y compraron "la Perla de gran Precio", la pusieron en la honda, se acercaron al gigante y le golpearon en la cabeza, entonces se la cortaron, la pusieron en una bandeja de plata, la llevaron a Herodes e hicieron una gran fiesta, pero sólo pudieron llegar cinco vírgenes prudentes, ¡Aleluya!"

¡Qué increíble que haya tanta gente que se ocupa la Biblia y no habla de ésta! Estoy también muy molesta, porque hay algunos que me estudian para saber si Adán tenía ombligo. O si el demonio, el ángel caído, era director de las alabanzas celestiales antes de ofuscarse y meter la pata. ¿A quién carajo le importa si el chupacabras iba en el Arca de Noé? Algunas iglesias se han dividido por culpa de estos supuestos "descubrimientos bíblicos". Así podría estar todo un día contándoos cómo mucha gente se ha vacunado en contra del Evangelio, por culpa de malos predicadores, pésimos pastores y teólogos interesados que se empecinan en buscar algún mandamiento que prohíba el "comer chicle o beber cerveza" u otros que no descansan en afirmar que hay un versículo que exige la patilla a ciertos centímetros de la oreja, o por último, encontrar un texto que afirme cuál es el nudo de la corbata preferido por Dios.

Por eso hoy me dirijo a todos vosotros, mis amigos y amigas los que me leeis día a día, u os quereis acercar a mí libres de prejuicios. Yo no soy un amuleto de buena suerte, ni un libro cabalístico, ni menos un catálogo para responder estupideces. Soy lo que Dios ha dejado en manos de los hombres para poder conocerle, por eso no basta con leerme ni entenderme, además es necesario vivirme, y eso sólo es posible en JESUCRISTO, PALABRA DEL PADRE. Hoy se habla mucho del éxito de los acontecimientos eclesiales, de las mega manifestaciones en pro de la familia, o contra el aborto, o de las JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD y se llenan las calles o se llenan los templos cuando en Semana Santa o en las fiestas de la patrona. Pero si se habla de misericordia, de acción social, de tolerancia y de piedad, de acoger al necesitado, de ayudar a los drogadictos, a las prostitutas, a los mendigos, a las mujeres maltratadas, a los que están en riesgo de exclusión social… entonces no alcanzan los asientos ni para un puñado de gente, y los voluntarios comprometidos de verdad no llegan a ser contados con los dedos de las manos.

Sólo quiero deciros que me leáis con un corazón sincero, sin prejuicios de los que están “fuera” ni sin los fanatismos de los que están “dentro”, entonces puede, que unos y otros encuentren a un Dios que es el Padre de los huérfanos, protector de las viudas y defensor de los oprimidos. Entonces podréis ver a aquel humilde carpintero de Galilea que os desafía y os dice: "Id y sed mis testigos"…