DE LA CRUZ Y OTROS VALORES...


Ahora que está tan en el candelero (y no en el calendario, como decía la pava de SOFÍA MAZAGATOS) la polémica en torno a la presencia o no de la Cruz en los edificios públicos, lo que vale no sólo para las aulas de los colegios, sino, por ejemplo, para las habitaciones de los hospitales también… y teniendo en cuenta que hoy es, 14 de Septiembre, la fiesta en el calendario (ahora sí) cristiano de la “Exaltación de la Santa Cruz” y teniendo en cuenta que es una de mis fechas favoritas del año, voy a intentar enhebrar todo ello para “cocinar” este post.

Comprendo que tomar partido, en esta agria polémica, que incluso ha llegado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de ESTRASBURGO, a raíz de una ciudadana italiana que había denunciado al Estado italiano por no retirar el crucifijo de las aulas de sus hijos, en un Colegio Público, y que ha concluido por Sentencia dándole la razón al Estado italiano (es decir, los crucifijos se quedan en el aula), de parte de la cruz, hoy en día, es tarea desagradable que me acarreará el siguiento “chorreo” de comentarios negativos, sin embargo, antes de explicarme, vayan por delante unas palabras de San Pablo, en su carta a los Corintios: “Porque los judíos piden señales, los griegos buscan sabiduría,[23]mientras que nosotros anunciamos un Mesías crucificado, escándalo para los judíos, locura para los paganos” (1 Cor 1, 22-23). Porque vamos a ver… ¿De verdad resulta tan ofensivo, tan apabullante, tan descarado y parcial la presencia del signo de la cruz en medio de esta sociedad nuestra?

Yo, sinceramente, creo que no. Y la Sentencia del Tribunal de Derecho Humanos europeo piensa como yo, ya que afirma: “el crucifijo es sobre todo un símbolo religioso, pero no hay ninguna prueba de que su visión en los muros de un aula escolar pueda tener influencia sobre los alumnos, ya que expresa también otros valores universales” ¡Valores universales! ¿Qué valores universales pueden ser esos cuando la cruz es un signo tan exclusivamente religioso? Pues yo creo que, ciertamente, la cruz lleva aparejada en sí, como símbolo, toda una serie de valores subyacentes, que en nada ofenden a la sociedad, sino que al contrario, la dignifican.

Ante todo la cruz es imagen de la injusticia, aunque sólo sea desde un punto de vista histórica la cruz representa el intrumento ignominioso con el que, el poder imperante, ROMA, exterminó la vida de otro ser humano (Jesucristo, en este caso) simplemente porque pese a no haber hecho nada malo (reconocido por PILATOS, la máxima autoridad del imperio “Yo no encuentro culpa en él”) interesaba que muriera a otros intereses… De esta manera con la cruz puedo asociarme a todas las injusticias que asolan la tierra, puedo pensar en el pueblo palestino, literalmente masacrado por ISRAEL, con la aquiescencia de todas las demás naciones de la tierra, porque interesa otros fines internacionales de mayor envergadura (dígase no desairar a los EE.UU, los más firmes aliados de ISRAEL), con la cruz me puedo sentir solidario con las injusticias cometidas con las matanzas entre hutus y tutsis, de tan amarga memoria, o con aquella otra guerra injusta y fratricida que fue la de los BALCANES y la descomposición de la EX-YUGOSLAVIA…

La cruz es el patíbulo de la muerte de un ser inocente… y con la cruz puedo pensar en la mujer que puede que, mientras escribo estas líneas, sea los titulares del TELEDIARIO de esta noche, simplemente porque a su marido se le ha puesto en la cabeza que ya no merece la pena que siga existiendo; o la del niño soldado en el CONGO que morirá porque los adultos lo secuestraron de su aldea, lo drogaron y le dieron un fusil, lanzándolo contra una guerra de mayores como carne de cañón; o el catequista brasileño que aparecerá mañana flotando en el río, con un tiro en la cabeza por haberse atrevido a denunciar las atrocidades que cometen las grandes madereras o petroleras contra los nativos del AMAZONAS; o los inmigrantes mexicanos a los que ejecutarán, de rodillas, de un tiro en la cabeza porque el que encargado de cruzarles al otro lado de la frontera, previo pago, ha decidido que esta noche “no merece la pena correr el riesgo”; sin hablar de las gentes del cuerno de ÁFRICA que están muriendo, aunque ya no nos lo recuerde el TELEDIARIO, porque las naciones del mundo están más preocupadas en salvar su culo económico que las vidas humanas… Sí, Señor, detrás de cada muerte absurda, injusta y sinsentido… se proyecta la sombra de la Cruz.

Y ante la injusticia aún queda gente con capacidad de responder…. Como las santas mujeres (María, la madre de Jesús, María Magdalena y otras parientes de María) que permanecieron al pie de la cruz, enfrentándose claramente a los romanos, cuando los hombres y los discípulos habían desaparecido del escenario… Y ante el movimiento de indignados del 15-M, o las madres blancas de CUBA, o las madres de la PLAZA DE MAYO en ARGENTINA, o los que promueven la MEMORIA HISTÓRICA en nuestro país, o los voluntarios de cualquier ONG, o vosotros mismos cuando os rascáis el bolsillo, aunque sea con desgana, para dar un par de monedas al mendigo que os importuna; o los auténticos sindicalistas; o cualquier enfermera que te mira como enfermo y te devuelve, dentro de la enfermedad, tu dignidad, en vez de tratarte como un cacho de carne; o la profesora que tiene vocación por enseñar, no por rellenar, a fin de mes, una estadística de suspensos; cada vez que la humanidad saca lo mejor de sí misma, hay esperanza, y eso, se quiera o no, es un mensaje cristiano, que tiene su asiento y brota, de la cruz.

Y puede que, con un punto de sentido religioso, la cruz nos informe también del triunfo de la resurrección, de la esperanza… porque cuando cualquiera de vosotros, reventado y hasta los cojones de su día de trabajo, llega a casa y su pareja le da un beso, le acaricia el pelo a su hija pequeña que le esperaba del trabajo; cuando un amigo te llama diciendo que te necesita y lo dejas todo para estar a su lado; cuando sacrificas tu tiempo libre porque te acordaste que hace mucho tiempo que no ves a tu abuela; cuando en el trabajo te pones descaradamente de parte de ese compañero de trabajo al que todos putean; cuando te dirijes a votar creyendo que puedes cambiar el rumbo de las cosas; cuando te detectan un cáncer, o cualquier otra enfermedad y sonriendo le dices al médico “¡Pues esta mierda no va a poder conmigo!”, cuando lloras por la muerte de un ser querido, cundo inicias cualquier nuevo proyecto, en suma, todo lo que hagas por avanzar y hacer progresar a la sociedad, hacia el bien común, lo haces porque tienes la firme convicción de que hay esperanza: El refranero lo llama detrás de la tormenta viene la calma”, “no hay mal que cien años dure”, JULIANA DE NORWICH, una mística inglesa, decía “Al final, todo saldrá bien”, la fe lo llama el triunfo de la vida tras la muerte, la resurrección tras la cruz; puede que tú, simplemente lo llames ESPERANZA…

La cruz, al margen del sentimiento religioso, subsume en sí una serie de valores que dificilmente, creo que nadie negaría o atacaría: la esperanza, la solidaridad, la injusticia, la coherencia con unos valores y una vida, la lucha contra la injusticia, la construcción de un mundo mejor… no seamos demagogos, que hay símbolos peores, y cargados de otras connotaciones, que nos asaltan al paso, detrás de cada esquina, y no por ello nos rasgamos las vestiduras solicitando que los retiren… Por ejemplo, antes de que se hiciese tan famosa por el uso dado por HITLER, la cruz esvástica, era un antiguo signo hindú, que se puede apreciar tallado en gran cantidad de templos antiguos en la INDIA, que representa –con la peculiar forma de sus brazos- el movimiento del sol ¿pediremos por ello que los retiren, raspándolos o picándolos, de esos templos, porque representa lo peor de la historia humana reciente?



Me da igual lo que penséis, ciertamente éste es uno de esos posts que, prácticamente, escribo para mí solo, “porque yo lo valgo”, aunque ponerlo por escrito es un poco como “pensar en voz alta”… por mi parte seguiré con mi cadenita con la cruz al cuello, y la que llevo siempre en mi mochila, que es tan exagerada que una compañera del trabajo, rebuscando en ella el tabaco porque yo le di permiso, la encontró y asustada me dijo: “¿Pero esto qué es? ¿Es que por las noches trabajas de BUFFY CAZAVAMPIROS?”… y como buen granaíno, puede que vaya hoy a rezar, un ratico, ante el Cristo de los Faroles, en el Campo del Príncipe, o ante el que se encuentra en el patio de la Basílica de la Virgen de las Angustias, dos de los más conocidos en GRANADA… antes de que nos los quiten alegando no sé que valores democráticos y constitucionales (como si los derechos humanos fueran incompatibles con la cruz), concluyo con este bello himno a la cruz, que quizás, con palabras más bellas que las mías (es lo que le da la antigüedad, como al vino, que entra mejor):

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!


Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!