El Mozo de los Ojos Tristes



Este muchacho que ni se como se llama, es esbelto —delgado—. Es sonriente y muy amistoso. Siempre lo veras en la tienda haciendo algo; es muy hacendoso. Sonriente, y no le preguntes nada, porque no suelta la conversación. Sonriente; pero serio y ya que entabla conversación es que sonríe.



Lo serio suficiente para que lo puedas confundir como el esposo de la muchacha que esta allí; pero ella es su hermana.



Algo tienen sus ojos, que pueden confundir tristeza; pero plática mucho.



Nunca le sigo mucho el juego, es que ya ves, solo y luego haber traído a Fernando, se que soy la comidilla del pueblo, así que para no ser tan obvio, trato de no ser tan amistoso, con los vecinos y menos con este mozo, cálido, bueno y muy hermoso.



Se viste campesino, lo veras con su levy's y su tejana cuando camina por la calle; pero no sé si se diga así mismo, vaquero. A veces se le escapa la vista y te hace una miradita braguetera, cuando esto me ha pasado, simplemente lo miro alegre y lo saludo.



No es sexy, ni carita, es serio cuando debe serlo y sonriente cuando te platica algo.



Una vez me dijo como se llama, pero entonces no me había mirado como ahora me ha mirado, —no me acuerdo como se llama—.



Una vez, después de una de esas escasas miradas bragueteras me pregunto, un poco apenado: — ¿donde compra usted sus pantalones?



Le dije que en San Ysidro y cuando gustes; si quieres, un día te invito para que tú también allí los compres, a lo cual el mozo me responde: —No amigo, no tengo pasaporte y soy de los que se surten en las segundas. —que importa, le dije, ya estas invitado— rompiendo mi preocupación de ser juzgado; y de cierta forma así animarlo.



Ayer le pregunte que como se organizan con el café internet que pusieron en la tienda donde trabajan él y su hermana: Me dijo que cobran por hora, 20 pesos, y 10 por media; pero que si se trataba de mi; no me preocupada, el me puede cobrar por minuto, si no duro ni la media, y hasta nada; si se trata tan solo de checar mi correo.



Es varonil, serio, alegre al platicar, concentrado en el trabajo; pero con todo esto; algo tiene que —inocentemente— te manosea como no queriendo muy de vez en vez con la mirada.



¿Será gay? no sé, aun así no estoy seguro.



El mozo se dice amigo mio y de Fernando; sus ojos tristes son como de un perro; pero yo prefiero al perro fiel de mi amigo Fernando.







¿Será gay? no sé, no le he preguntado...