He de reconocer que, en pocas ocasiones, el título de mi sección MARICAS INSÓLITOS, me resulta irreverente ante la talla de la persona de la que vamos a hablar hoy, en la que el título podría resultar hasta ofensivo, sin embargo no tengo más remedio que ubicarlo aquí, dada la finalidad de esta sección, que como ya sabéis es reconciliar a aquellas personas que se sientan injustamente marginadas por ser gays con su fe, que nada tiene que ver con lo anterior, pese a las discriminaciones desde las iglesias organizadas.
Puede que el nombre de MYCHAL JUDGE, sacerdote y franciscano, (1.933- 11 de Septiembre de 2.001) no os suene de nada, aunque si sois avezados y os fijáis en la fecha de su fallecimiento, empezaréis a intuir que os voy a hablar de una de las víctimas del atentado de las TORRES GEMELAS, pues murió en dicho atentado, en la fatídica fecha del 11-S. Además, no una víctima cualquiera, sino que en el macabro recuento de casi tres mil víctimas mortales fue el primero de todas ellas, la primera defunción certificada oficialmente como víctima del atentado.
Procedente de la inmigración irlandesa a NUEVA YORK, creció con sus hermanos, él era el primogénito, en BROOKLYN durante los años de la Gran Depresión económica que asoló los EE.UU terminando con la bonanza económica y el sueño de los llamados Felices Años 20. A los seis años de edad su padre enfermaba y quedaba incapacitado para trabajar, él ayudaba a la economía familiar como limpiabotas en la Estación de NEW YORK PENN, donde comenzó a frecuentar la Iglesia de SAN FRANCISCO de ASÍS, de los religiosos franciscanos, en la WEST 31st, en sus propias palabras ahí descubrió que se necesitaba muy poco para ser feliz, y decidí hacerme franciscano. A la edad de 15 años había concluido, estamos ya en 1.948 el noviciado en los franciscanos, aunque siguió su formación académica hasta que finalmente fue ordenado sacerdote en el año 1.961. Desde entonces, su primer destino, fue el Santuario franciscano de San Antonio en BOSTON.
Alrededor de 1.972, según su diario personal, como consecuencia de una crisis interior, cayó en el alcoholismo, aunque nunca nadie se dio cuenta de ello, de hecho esto se sabe por sus propios escritos personales en su diario, gracias a la ASOCIACIÓN de ALCÓHÓLICOS ANÓNIMOS logró superar su adicción y dedicó su labor pastoral a atender a gente con el mismo problema, labor que desempeñó, mostrando un gran cariño y comprensión por cuantos se acercaron a él en este periodo de su ministerio. En el año 1.986 fue trasladado a la Iglesia de SAN FRANCISCO de ASÍS en la WEST 31st, es decir en la que había sido la cuna de su vocación y en el barrio de su juventud. En el año 1.992 en que fue nombrado Capellán del Cuerpo de Bomberos de NUEVA YORK, su nueva labor ministerial incluía la atención espiritual de los bomberos, confesarles, celebrar sus matrimonios, los bautizos de sus hijos, los funerales de los fallecidos en acto de servicio, el acompañamiento de sus familias, la orientación y la dirección espiritual, labor que desempeñaba siempre de forma alegre y jovial, ganándose el respeto y el cariño de todos sus compañeros bomberos, en palabras de uno de los superiores del Parque de Bomberos: “Él amaba realmente su trabajo entre nosotros, y nosotros, simplemente, le queríamos a él”.
No solamente se hizo querer por su labor como capellán de los bomberos, trabajo al que dedicaba hasta dieciséis horas diarias, sino que además se caracterizaba por atender todo tipo de necesidades humanas en su tiempo libre: Los mendigos, los sin techo, las prostitutas, las familias en apuros, los enfermos, los ancianos, los marginados y los enfermos de SIDA. En una ocasión, que era invierno, se quitó el chaquetón de su uniforme de bombero y se lo regaló a una mendiga de la calle, su capitán al reprocharle el desprenderse de una “prenda oficial” sin permiso obtuvo por respuesta: “Ya, pero ella lo necesita más que yo”… En otra ocasión, confesando a un moribundo, enfermo de SIDA, éste le preguntó: “Padre… ¿Cree usted que Dios me odia?”, él hizo un gesto de negación con la cabeza, sostuvo la cabeza del enfermo entre sus manos, le besó en la frente y lo acurrucó en su pecho hasta que, pocos minutos después, el enfermo expiraba.
Por su excelente labor humanitaria y caritativa y por su profunda espiritualidad y unión con Dios, muchos ya le tenían por santo en vida, de hecho, en palabras de su director espiritual y confesor, el Padre JOHN Mc NEILL, jesuita, comentaba que “a veces, se quedaba tan absorto en sus pensamientos sobre Dios que se quedaba como en trance, en la capilla en su oración personal, cuando iban a avisarle de que alguien le llamaba, o que era la hora de cenar y volvía en sí, se sorprendía de que hubiesen pasado tantas horas en oración, sin apenas darse cuenta… Todos teníamos la firme convicción de que estábamos tratando con alguien que tenía una especie de línea directa con Dios”.
Al enterarse de los atentados contra las TORRES GEMELAS, enseguida se personó en el lugar, encontrándose con el alcalde, RUDOLPH GIULIANI que le encomendó que orara por todo lo que estaba sucediendo. Se personó en el Hall de la Torre Norte, donde se había establecido una especie de puesto de control para coordinar la evacuación de la gente y de los heridos. Durante su labor en la Torre Norte confesó y dio la extremaunción a gran cantidad de heridos y moribundos, al tiempo que, según testigos presenciales, no hacía nada más que repetir, en voz alta: “Señor, que finalice este horror… que finalice este horror…” Al producirse el colapso de la Torre Sur, lo que no se esperaba, evidentemente mucho material de escombro cayó sobre la Torre Norte, afectando al Hall como una tromba de escombros, produciendo la muerte de algunos de los que allí se encontraban, entre ellos el propio Padre MYCHAL JUDGE. En ese momento, cuando se ordenó, ante la inminente caída de la propia Torre Norte, la evacuación definitiva del lugar, sus compañeros bomberos se negaron a abandonar su cuerpo, que transportaron con la ayuda de dos civiles hasta la cercana Iglesia de SAN PEDRO, donde lo depositaron en el altar. La foto que captó el momento, sobrecogedora, y que dio la vuelta al mundo fue llamada, por todos los medios, como LA PIETÁ de NUEVA YORK.
Evidentemente, había muerto más gente antes que él, como los pasajeros de los aviones, la gente en las plantas afectadas, la gente que se tiraba por las ventanas, los que él mismo ayudó a morir con los últimos sacramentos… sin embargo, el Juez encargado de llevar la investigación del caso le otorgó el ser la víctima mortal nº 1 del atentado, ya que su cuerpo fue el primero en ser rescatado de la ZONA ZERO, ya que hasta la investigación definitiva, todas las demás víctimas constaban como “desaparecidas” hasta confirmar su fallecimiento con la recuperación e identificación de los cuerpos. El 15 de Septiembre se celebraba su solemne funeral, con todos los honores, con la asistencia de más de tres mil personas, y el propio ex-presidente BILL CLINTON, quien dijo que con su muerte “se habia producido una gran pérdida humana, aunque había que aprender de su ejemplo de abnegación, sacrificio y entrega, sin el cual otras vidas no se habrían salvado”. Su casco, de su uniforme de bombero, fue entregado en mano y en persona, como homenaje a JUAN PABLO II, en audiencia a los bomberos del 11-S, mientras que FRANCIA le otorgó a título póstumo su mención más grande, la Legión de Honor. El Ayuntamiento de NUEVA YORK renombró la calle de su infancia y juventud, la WEST 31st como MYCHAL JUDGE st y también le puso su nombre a unos de los barcos de transporte público entre la isla de MANHATTAN y el resto de NUEVA YORK. En el año 2.002 –por lo que ahora os adelantaré- el Gobierno Norteamericano aprobó la LEY MYCHAL JUDGE DE ASISTENCIA BENÉFICA A LAS PAREJAS DE LOS BOMBEROS Y POLICÍAS MUERTOS EN ACTO DE SERVICIO, no sé si sabréis que en el derecho anglosajón las leyes se nombran con el nombre de quienes las promueven o las inspiraron, y esta ley es muy importante ya que era la primera vez que se extendía a las parejas del mismo sexo de policías y bomberos el disfrutar de la viudedad y otros derechos, en igualdad de condiciones con el resto de parejas, y todo ello por medio de una norma de rango gubernamental, aplicable a todos los EE.UU.
Poco después de su muerte se empezó a rumorear en la prensa que el Padre MYCHAL JUDGE era homosexual, lo que supuso una importante polémica. De una parte, sus amigos más íntimos lo confirmaban aunque haciendo hincapié que siempre fue célibe, con independencia de su orientación sexual, extremo que también aseveraba su propio director espiritual, como ya hemos dicho, el Padre JOHN Mc NEILL, por su parte la Iglesia reaccionó tachando estos rumores de infundados, una estrategia de los lobbies de presión gays para convertir al Padre JUDGE en una especie de icono homosexual. Sin embargo la polémica quedó zanajada cuando el propio Comisionado Mayor de Bomberos de NUEVA YORK, THOMAS VON ESSEN declaró que “el propio Padre asi me lo hizo saber, en cuanto fui nombrado jefe, él decía que no importaba, pero que se creía en la obligación moral de hacérmelo saber, por si podía suponer un problema para el Departamento o para los bomberos, evidentemente, yo no podía hacer problema de algo tan personal e íntimo, máxime cuando, si no llega a ser por su propia confidencia, nadie hubiese sospechado nunca jamás nada al respecto”.
Ciertamente, la Iglesia norteamericana, tan pionera en algunas cosas, durante el boom del despertar gay en los años setenta, estableció una especie de servicio pastoral de atención, dirección y asistencia a personas gays, de orientación católica, llamado DIGNITY, en el que trabajó el Padre MYCHAL como asistente, capellán y director espiritual, hasta que en el año 1.986, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del VATICANO, emitió un comunicado sobre la Atención Pastoral a las personas homosexuales en el que se afirmaba, a pesar de todo, que la homosexualidad era un desorden intrínsecamente malo de las personas, lo que hizo que gran cantidad de obispos norteamericanos se asustasen y cancelaran el proyecto DIGNITY… A partir de este momento el Padre MYCHAL, dado que los religiosos, los franciscanos entre ellos, no quedan tan sometidos a la autoridad del obispo, y gozan de mayor libertad, fue destinado por sus superiores a desarrollar la misma tarea que en DIGNITY aunque encubriéndola como un servicio de atención espiritual, sanitaria y asistencial a los enfermos de SIDA, donde su trabajo, nuevamente fue impagable.
Son muchas las voces que se han levantado para que el Padre MYCHAL JUDGE sea canonizado, declarado santo, aunque el VATICANO no se ha pronunciado al respecto, incluso pese al testimonio de personas que han manifestado sanar por su intercesión, que es el milagro que se reclama en este tipo de procedimientos. Muchos teólogos consideran que la condición homosexual del Padre MYCHAL, pese a que nunca se le conoció un escándalo al respecto, ni ninguna relación (pública o privada) y nadie ha puesto jamás en tela de juicio su celibato, es el obstáculo que bloquea la aprobación definitiva de la santidad “oficial” del Padre MYCHAL JUDGE. Sin embargo, otras confesiones cristianas, que no dependen del placet, o visto bueno de ROMA, para elevar a los altares a sus propios santos, especialmente la Iglesia Ortodoxa, ha procedido ya a considerarlo santo como tal. De todas formas, con formalidades o sin ellas, la santidad de una persona no depende de un documento oficial, sino de que sea ejemplo cristiano, acicate, estímulo y luz para el resto de los fieles, quienes no dudan en llamarlo “santo súbito” –por aclamación popular- como ya sucediera, por ejemplo, desde el mismo fallecimiento de JUAN PABLO II.
Yo no sé vosotros, pero siempre he entendido que un santo ha de servir para dar ejemplo, al resto de la comunidad cristiana, de que es posible vivir la santidad, que no es sino vivir con coherencia a unos valores, en medio del mundo, y a fe que el Padre MYCHAL JUDGE lo hizo con creces… y a mi, en efecto, me sirve de estímulo, acicate y ejemplo.