Hola vaquero:
Recibí esto de uno de mis amigos, pensé en tu revista y tus mensajes inspiracionales, espero te sirva. A mi me ha servido un montón, yo también soy norteño y a nosotros esto del amor propio nos tiene un po’ apendejados como usted comprenderá… sin malicia. Un abrázate.
En cualquier momento del día —cuando gustes— de preferencia antes de dormir. En ese rinconcito de tu habitación o de tu cuarto donde tu eres dueño de tu intimidad.
*Pronuncia tu nombre —tu apelativo o como gustes que te digan, —ejemplo,Juanito— si prefieres tu nombre completo —repítelo— repítelo frente a un espejo. Repítelo: ahora con la vos baja pero con ternura y con mucho amor. Repítelo, ahora un poco más alto. Repítelo, viéndote a ti mismo a los ojos frente a ese espejo. Repítelo varias veces.
*Ahora di, —Juanito (ejemplo) — eres único en el mundo… una creatura irrepetible —Juanito eres único— Congratúlate a ti mismo —eres el mejor vaquero que he visto— No hay otro como yo. Di esto afectivamente mientras recorres tu vista a cada fracción —tuya— de la cara… Mírate frente al espejo con esa ternura y cariño. Y si posible —frente a un espejo de cuerpo completo— acaríciate con los ojos cada parte de tu cuerpo.
*Y di, estoy vivo y agradezco al Creador, por esta obra que hizo en mí; por este regalo que Hizo en mí que nadie puede gozar mejor que yo. —Algo que nadie puede quitar me—. Nadie puede vivir por mí, nadie puede ser feliz por mí.
*Me debo a mi mismo —y me comprometo— a lograr todo lo que este bajo mis posibilidades —se que puedo lograrlo— Soy fuerte y disciplinado, lo positivo en mi se manifiesta hoy. —vaquero lindo hermoso y bueno—
*Valgo demasiado y me merezco todo lo prospero —a corto, mediano y largo plazo— Todo lo prospero ¡en este mismo instante! —Yahhh!—
Repite este ejercicio todas las noches, y si te es posible dos o tres veces al día —vestido o desnudo frente a un espejo—. Veras resultados fabulosos.