-¡Es que, defintivamente soy gilipollas!... ¡soy gilipollas!.... ¡y no tengo remedio! -Iba yo pensando todo el camino mientras sonaba mi música de ABBA en el coche- ¡Soy bobo! ¡mira que meterme en estos embolaos!...
Y es que, yo entiendo que mi vocación de toda la vida ha sido la vida monacal, ser guarda forestal o dedicarme a cuidar a venerables ancianos... porque... con los ancianos tengo una mano estupenda... no es que yo quiera presumir...
Pero, esto ya es lo último. Que me manden a hacer un curso de formación a la quinta leche, que ese curso de formación sea sobre terapia de relajación en el trabajo -cosa que nada tiene que ver con mi ocupación diaria- y que encima el curso sea en un centro de loqueros o Psiquiátrico... ¡tiene huevos!... De locos, nunca mejor dicho!.
-Y encima el sitio de los cojones está en la quinta angustia... joder!... Es que... ¡en qué estaría yo pensando cuando dije que venía!... Bobo, bobo, bobo... ¡y bobo! -maldecía mientras que conducía por esa desconocida carretera buscando el famoso centro de loqueros-
Los cursos de formación tienen estas cosas. Yo nunca he sido favorable a este tipo de desmanes, pero la insistencia en mi lugar de trabajo y el cencerreo sobre las décimas para promoción y chorradas varias, me hicieron decidir aceptar la selección positiva que se me había notificado... pero ¡tiene huevos! ¡que te manden a un curso de Relajación!... Pero... si yo estoy relajado enteramente.... ¡ya ves! O es que en mi trabajo no me soportan y me ven de los nervios todos los días, o es que soy un ogro o es que ya me ven como un loco más y me mandan a los loqueros... pero... ¡tiene huevos!
El caso es que... ¡he acertado con el lugar!. Pues, ¡mira! ¡se ve bonito y todo! ¡qué jardines! ¡qué maravilla todo!... al menos, los chiflados están en un sitio ajardinado y fresco... Pero, ¡claro! vamos a ver por dónde se entra por aquí! joer!... ¿dónde está la puerta?... ufff! Supongo que esto estará controlado para que no se escapen... y que la gente no estará suelta por ahí con tanta peligrosidad... ¡no creo!... A ver si se me van a echar encima tres o cuatro locos y me dan una paliza... que aquí no te puedes fiar... ¡Ah, mira!... Ahí hay una puerta... ahora mismo me meto por ahí... El coche no creo que me lo toquen... ¡vamos! Que como les de por pinchar ruedas, ya veremos a ver cuando salga lo que me encuentro... ¡dios! ¡qué situaciones más surrealistas!... ¡yo en un centro de locos!... es que... esto es de risa. Por ahí me meto!
Al pasar, un pequeño portal lleno de humo.
-¡Joder! ¡qué leonera es ésto!... ¡qué peste a tabaco! joder!... pero, si aquí no se podrá fumar!... no entiendo nada!... ¡Ah! ahí están las escaleras... voy ahora mismo a subir a ver si veo el aula...
De repente y sentadas en la escalera, me encuentro a dos abuelitas con unos collares de bolas como puños -amarillos y rojos pasión- y fumando como leonas. Muy modernas: unos modelitos de colores desentonando son los 350 años que sumarán entre las dos y mirándome con cara de deseo....
-Uffffffff! Lo que faltaba... ahora hay aquí dos abuelas chifladas... ¡a ver cómo paso!
-¡Ayyyyyyyyyyy! ¡qué guapooooooooooooo! -me dicen, y en eso no muestran síntoma de locura, porque es evidente-... ¡qué chico más guapo!... ¡qué bonito!... ¡Uyyyyyyyyyyyy! ¡siéntate aquí con nosotras! ¡Ayyyyyyyyyy que guapo! -dicen mientras que se levantan y se lanzan a tocarme la cara y las manos! -por dios! que no toquen más abajo, que veo que miran... y es que a todo loco, le da por mirar paquetes-... ¡Ayyyyyyyyy, guapooooooooooo! me dicen mientras que me manosean hasta el culo....
-Hola Señoras... ¿me dejan pasar? ¡Llevo Prisa!
-Uyyyyyyyy, claro... pero danos el cigarro -"el cigarro", dicen... ¿no se referirán al cigarro de abajo que miran con tanta insistencia?
-No, no... no fumo. Además, fumar es muy malo... y ustedes con lo guapas que son, no tienen que fumar nada -el "nada" no lo cogen, pero me refiero a todo tipo de cigarro-
-¡Ayyyyyyyyyyyyyyyy, que hermosónnnnnnnnnnnnn! Y dice que somos guapas!... ¡ayyyyyyyyyy! ¡pues cuando termines tus asuntos, vienes un rato con nosotras, que eres mu guapo y te queremos muchooooooo! -por dios!... ¡cómo se pone la cosa! ¡ya dicen que me quieren pasado dos minutos!... uffffffffff!... largo de aquí, que me comen!
-¡Vale, Vale!... no se preocupen... luego, luego!
-Bueno... pero ¡danos un beso, guapooooooo!... -¡dios! ¡lo que me faltaba! ahora quieren un beso.
-Vale! ¡Un beso!... y me dispongo a darles un tímido beso mientras me tocan el culo, lo que no es el culo y más abajo... -¡bueno! todo sea por la patria y por el amor a la tercera edad- y se lanzan a darme una cadena de besos entre bolas de colores que me dejan mareado mientras intento despegarme de esas venerables carnes chifladas.
¡Joder!... Y así he estado todos los putos días con las viejas, que en cuanto me veían salir o entrar estaban al acecho... jajajaj!....
Por favor! ¿vosotros os creeis que hay derecho a ésto?
Y es que, yo entiendo que mi vocación de toda la vida ha sido la vida monacal, ser guarda forestal o dedicarme a cuidar a venerables ancianos... porque... con los ancianos tengo una mano estupenda... no es que yo quiera presumir...
Pero, esto ya es lo último. Que me manden a hacer un curso de formación a la quinta leche, que ese curso de formación sea sobre terapia de relajación en el trabajo -cosa que nada tiene que ver con mi ocupación diaria- y que encima el curso sea en un centro de loqueros o Psiquiátrico... ¡tiene huevos!... De locos, nunca mejor dicho!.
-Y encima el sitio de los cojones está en la quinta angustia... joder!... Es que... ¡en qué estaría yo pensando cuando dije que venía!... Bobo, bobo, bobo... ¡y bobo! -maldecía mientras que conducía por esa desconocida carretera buscando el famoso centro de loqueros-
Los cursos de formación tienen estas cosas. Yo nunca he sido favorable a este tipo de desmanes, pero la insistencia en mi lugar de trabajo y el cencerreo sobre las décimas para promoción y chorradas varias, me hicieron decidir aceptar la selección positiva que se me había notificado... pero ¡tiene huevos! ¡que te manden a un curso de Relajación!... Pero... si yo estoy relajado enteramente.... ¡ya ves! O es que en mi trabajo no me soportan y me ven de los nervios todos los días, o es que soy un ogro o es que ya me ven como un loco más y me mandan a los loqueros... pero... ¡tiene huevos!
El caso es que... ¡he acertado con el lugar!. Pues, ¡mira! ¡se ve bonito y todo! ¡qué jardines! ¡qué maravilla todo!... al menos, los chiflados están en un sitio ajardinado y fresco... Pero, ¡claro! vamos a ver por dónde se entra por aquí! joer!... ¿dónde está la puerta?... ufff! Supongo que esto estará controlado para que no se escapen... y que la gente no estará suelta por ahí con tanta peligrosidad... ¡no creo!... A ver si se me van a echar encima tres o cuatro locos y me dan una paliza... que aquí no te puedes fiar... ¡Ah, mira!... Ahí hay una puerta... ahora mismo me meto por ahí... El coche no creo que me lo toquen... ¡vamos! Que como les de por pinchar ruedas, ya veremos a ver cuando salga lo que me encuentro... ¡dios! ¡qué situaciones más surrealistas!... ¡yo en un centro de locos!... es que... esto es de risa. Por ahí me meto!
Al pasar, un pequeño portal lleno de humo.
-¡Joder! ¡qué leonera es ésto!... ¡qué peste a tabaco! joder!... pero, si aquí no se podrá fumar!... no entiendo nada!... ¡Ah! ahí están las escaleras... voy ahora mismo a subir a ver si veo el aula...
De repente y sentadas en la escalera, me encuentro a dos abuelitas con unos collares de bolas como puños -amarillos y rojos pasión- y fumando como leonas. Muy modernas: unos modelitos de colores desentonando son los 350 años que sumarán entre las dos y mirándome con cara de deseo....
-Uffffffff! Lo que faltaba... ahora hay aquí dos abuelas chifladas... ¡a ver cómo paso!
-¡Ayyyyyyyyyyy! ¡qué guapooooooooooooo! -me dicen, y en eso no muestran síntoma de locura, porque es evidente-... ¡qué chico más guapo!... ¡qué bonito!... ¡Uyyyyyyyyyyyy! ¡siéntate aquí con nosotras! ¡Ayyyyyyyyyy que guapo! -dicen mientras que se levantan y se lanzan a tocarme la cara y las manos! -por dios! que no toquen más abajo, que veo que miran... y es que a todo loco, le da por mirar paquetes-... ¡Ayyyyyyyyy, guapooooooooooo! me dicen mientras que me manosean hasta el culo....
-Hola Señoras... ¿me dejan pasar? ¡Llevo Prisa!
-Uyyyyyyyy, claro... pero danos el cigarro -"el cigarro", dicen... ¿no se referirán al cigarro de abajo que miran con tanta insistencia?
-No, no... no fumo. Además, fumar es muy malo... y ustedes con lo guapas que son, no tienen que fumar nada -el "nada" no lo cogen, pero me refiero a todo tipo de cigarro-
-¡Ayyyyyyyyyyyyyyyy, que hermosónnnnnnnnnnnnn! Y dice que somos guapas!... ¡ayyyyyyyyyy! ¡pues cuando termines tus asuntos, vienes un rato con nosotras, que eres mu guapo y te queremos muchooooooo! -por dios!... ¡cómo se pone la cosa! ¡ya dicen que me quieren pasado dos minutos!... uffffffffff!... largo de aquí, que me comen!
-¡Vale, Vale!... no se preocupen... luego, luego!
-Bueno... pero ¡danos un beso, guapooooooo!... -¡dios! ¡lo que me faltaba! ahora quieren un beso.
-Vale! ¡Un beso!... y me dispongo a darles un tímido beso mientras me tocan el culo, lo que no es el culo y más abajo... -¡bueno! todo sea por la patria y por el amor a la tercera edad- y se lanzan a darme una cadena de besos entre bolas de colores que me dejan mareado mientras intento despegarme de esas venerables carnes chifladas.
¡Joder!... Y así he estado todos los putos días con las viejas, que en cuanto me veían salir o entrar estaban al acecho... jajajaj!....
Por favor! ¿vosotros os creeis que hay derecho a ésto?