Continuamos con esta saga, que va camino de tener más entregas que la GUERRA DE LAS GALAXIAS (que yo al final me hice un lío, que no sabía si el niño era el malo de negro, que era el padre del rubito bueno, a ver si la princesa AMIDALA se hacía un lío y se arrejuntaba con el niño, que luego tenía que follarse a la princesa LEIA… ¡y menos mal que CHEWWACA no cambia con los episodios, a no ser que sea un EWOK crecidito y yo ya no me he enterado de nada!) y ahora vamos a meternos, en el plano redaccional, con KOTEI, que este si que es un caso de saltos temporales, y ríete tú del lío de espisodios, como he dicho, de la GUERRA DE LAS GALAXIAS…
Y es que a KOTEI lo conocí sin conocerle, lo mismo que él a mí, que era mi jefe y yo su subordinado… ¡Ay, y ni intentó propasarse conmigo, con lo fácil que es abusar de un becario! y ya si os digo que CARMEN SEVILLA fue la madrina de nuestro primer encuentro (que ambos, pese a la edad rozamos el ALZHEIMER, pues nos acordamos a pinceladas de nuestra relación de entonces ¡y no es que estuviésemos borrachos!) pues seguramente andaréis ya con la picha hecha un lío, así que os contaré la historia desde el principio (¡y no dando tumbos como ese mal nacido de SPIELBERG que me tiene perdido con LA GUERRA DE LAS GALAXIAS!).
La cosa es que cuando mi novio se fue a MADRID a estudiar, y apenas teníamos un año de relación (epistolar) pues yo quise irme detrás de él… pero como no tenía excusa, delante de mis padres, al rellenar los papeles de la prestación social sustitutoria, ni ancho, ni pancho, rellené la estancia diciendo que la quería hacer en MADRID (a mis padres les dije que, esto era un error administrativo, pero que ya no se podía recurrir, porque se me había pasado el plazo, se lo creyeron, sí, no sin que mi padre dijera que “este niño, para haber estudiado derecho, es un poco gilipollas”), y una vez allí me adjudicaron hacerla en una ONG, que por aquel entonces apadrinaba nuestra queridísima CARMEN SEVILLA. Y allí estaba él…
En efecto, allí estaba KOTEI, a la sazón el encargado, entre otras cosas, pues escribo de memoria, de coordinar el trabajo de los que estábamos allí haciendo la prestación y de los voluntarios, o sea, que era mi jefe… ¡Y encima no intentó abusar de mi, con lo fácil que llevarse al huerto a los incautos becarios...! Mi trabajo, aquellos meses, por aquello de que dije que sabía inglés, fue traducir al castellano la documentación que iba llegando de cierta organización internacional para que luego los jefes pudieran leerla sin problemas, no puedo decir como era él físicamente, porque después de quince años desde aquello no me acuerdo, o me acuerdo muy vagamente, así que si os lo describiera, mentiría (¡Ay hijos, que mala es la edad y el pre-alzheimer, que con la suerte que tengo heredo antes el alzheimer de mi difunta abuela que las acciones de telefónica!)
Un día, en un post, comentando este extremo de la prestación social sustitutoria KOTEI me mandó un e-mail y cuadrando las fechas descubrimos, como os dije antes ¡que nos conocimos sin conocernos! Que no me digáis a mí –voy a inventar otro cliché- que el GUASÓN DESTINO y sus casualidades no es cabroncete… y ahora venimos a reencontrarnos, en la distancia, y en la virtualidad de INTERNET… Con lo aburridos que estábamos nosotros, mi novio y yo por aquel entonces, en MADRID, recién llegados, sin conocer a nadie… que yo novio lo he tenido desde siempre, el mismo, para más señas, que ya va para quince años… ¡KOTEI, hijo mío, cuántos polvos perdidos, quiero decir, cuántos tríos desperdiciados, quiero decir, cuántas salidas y cuántas cervezas sin tomar! Que yo he llegado a la conclusión, a raíz de este incidente con KOTEI, que el mundo es un pañuelo, y nosotros los mocos, que lo doblas y todos coincidimos en el mismo punto espacio-temporal…
En fin, que por lo que se ve perdí la oportunidad de conocer a un ser maravilloso, tierno, un poco de vuelta de todo (porque la vida le ha dado un par de sinsabores), que defiende sus ideales a capa y espada (y mira que, tan buen rollito entre nosotros, en el blog y vía e-mail, y sin embargo… ¡como el día y la noche! que él es creyente y de derechas y yo creyente y de izquierdas, que encima, como maricas, no es que seamos muy prototípicos ninguno de los dos)… que me saca el lado tierno cuando habala de sus sobrinos, que me pongo de su lado cuando se encabrona con los sinsentidos de los integrismos políticos, que me pone cachondo cuando me dice que se pasea en bolas por el pantano (con el innombrable del miembro rememorable… ¡para más envidia mía, menos mal que no tengo parquet, que lo rayaría de ponerme los dientes largos!), que me preocupó cuando se quedó trabajo, me alegró cuando lo recuperó y me tuvo en vilo contando pajaritas (¿o eran grullas?) de ORIGAMI a ver si llegaba a las mil prometidas… que por cierto, me debes la foto de la guirnalda hecha con ellas colgando de algún techo de tu casa….
Y éste es KOTEI… que espero que algún siglo se digne venir por GRANADA, o podamos subir nosotros –mejor que baje, porque con tanta concentración de vosotros en MADRID, si subimos nosotros no nos va a dar abasto… ¡me iré con mis sueros puestos para aguantarlo todo, todo y todo!)- y así podamos reencontrarnos de nuevo, y refrescar esa neurona alzhéimica que hace esfuerzos por recordarle con más viveza, pero que no alcanza a mucho más… lo que ya no creo posible es que CARMEN SEVILLA apadrine de nuevo nuestro encuentro, ya que ésta sí que anda ya chocheando de forma irrecuperable, al menos KOTEI y yo tenemos edad, de vivir las cosas, desde cero, y generar recuerdos nuevos…