Todos lo hombres tenemos erecciones, es más, deberíamos tener erecciones, antes de caer en la crisis de “necesito viagra”, al menos ahora eso tiene solución... sin embargo, aparte de la erección con fines sexuales y reproductivos, todos tenemos experiencia de esas erecciones que se producen en el momento más inoportuno, es decir, cuando no vienen al caso, y es que todos sabemos que DOÑA MANOLITA, por decirle algo, tiene vida propia... el caso, es que desde ese afán de servicio que nos caracteriza, y después de haber observado sobre el tema, resulta que existe HOW-WIKI, una especie de WIKIMENTIROSA, versada sobre consejos, y he aquí que tienen una lista de consejos sobre cómo evitar, más bien, disimular, las erecciones indeseadas...
1.- En primer lugar, la elección de la ropa:
Evidentemente advierten que los vaqueros pueden ser una opción buena o mala, según los casos, si se trata de unos vaqueros nuevos o por estrenar, la dureza del tejido constriñe tanto el pene que apenas se nota una erección, por el contrario, los vaqueros gastados, en los que ya se ha dibujado el paquete, y tienen la tela más gastada, se convierten en un auténtico revelador de erecciones, con lo que lejos de disimular la erección, la magnifican.
Lo de los vaqueros es cierto, doy fe de ello, es decir de su doble condición ocultadora-reveladora, según los casos, sin embargo no se os ocurra tener una erección imprevista, jamás de los jamases, con unos pantalones de verano de lino, o de esos de telilla de vestir (¡Vamos los típicos pantalones de los trajes!) que hasta yo, que no soy un Golden Member precisamente, parezco más paquetón de lo que soy con la mierdecilla de telilla de los pantalones del uniforme... para que os hagáis una idea, si pones los pantalones de mi trabajo al trasluz, recién entregados por la empresa, es decir, nuevos... ¡puedes ver a través de ellos la fuente de la luz!
2.- Tener cuidado con la elección de la ropa interior:
Vamos a entrar de nuevo en la guerra entre bóxers y slips, que tiene sus respectivos defensores, y que se lleva celebrando desde los albores de la humanidad... ni qué decir tiene que los bóxers, al no sostener nada, dejan libertad de movimiento al pene, y a que éste campe a sus anchas, sobre todo si decide sobredimensionarse sin avisar... mientras que los slips, al mantenerlo sujeto al cuerpo, lo constriñen más, lo dejan como una especie de prisionero a la fuerza...
Claro que la opción bóxers a mi no me convence demasiado, porque es que, además de una erección sobrevenida, encima ésta se incrementa a cada paso, nunca mejor dicho, porque si encima de que no la deseas la alimentas con el roce de tus piernas a cada paso... ¡no hombre, que lo que quiero es disimularla, no alentarla!
3.- En un vestuario público:
Si el problema sobreviene en un vestuario público el consejo que nos da la HOW-WIKI es de Perogrullo, vamos, que te cambies deprisa, todo lo rápido que puedas, y si puede ser alejándote un poco del foco de los demás, mejor que mejor.... Aunque aquí he de reconocer que nunca tendré este problema, porque soy tan vergonzoso en este tipo de entornos, que los propios nervios descartan cualquier tipo de erección involuntaria... en lo de cambiarme deprisa no me gana nadie, si hasta en el vestuario de la taquilla de la sauna gay parece que estoy haciendo un número de contorsionismo ¡No se lo pierdan, el hombre que entra en una taquilla vestido y sale desnudo, bueno, con la mini toallita!, y en los vestuarios del trabajo me sucede igual... y tampoco es que haya compañeros que estén como para provocarme accidentes eréctiles, y encima, no coincido mucho en horario de entrada y salida con ellos....
4.- Usar elementos que ayuden a distraer la atención de lo que está sucediendo.
En este orden de cosas se nos dice que, ante una erección no deseada, a la par que evidente, y si nos pilla con gente alrededor, hay que usar la estrategia del avestruz de meter la cabeza en tierra y esperar que pase el problema... Evidentemente intentar disimular, aunque sea el instinto primario, tapándonos con la mano hará que las miradas de los demás se focalicen en nuestro problema, por eso es mejor sentarse, cruzar las piernas, poner un libro, una carpeta o un portafolios sobre el asunto, como si lo sostuviéramos inocentemente mientras charlamos con alguien, o sacarse los faldones de la camisa o bajarse la sudadera, si son lo suficientemente anchos y largos como para ello... De todas estas opciones la más sensata, lo digo por experiencia, es la de sentarse y esperar que aquello baje, que sólo tiene una pega, el factor tiempo, es decir, evitar el no levantarse el tiempo que haga falta, porque vamos, te pilla en el trabajo, en tu puesto, y te llaman a una reunión con el jefe y ¡ya la hemos jodido!
5.- Pensar en algo que distraiga a la neurona causante “allá arriba” del desenvolvimiento inferior...
Si nos creemos aquello de que DOÑA MANOLITA, ciertamente, no tiene vida propia y que responde a impulsos erótico festivos, entonces es que algo, consciente o inconscientemente ha activado a la neurona de las alegrías sexuales... ¡que ésta es otra de la que no te puedes fiar, que lo mismo da la orden de “empalme” ante la visión de ese tío tan bueno del trabajo... que lo mismo da la orden porque se aburre, vete tú a saber! Así que lo mejor en estos casos es ponerse a pensar en algo que haga que la neurona sexualmente activa se desactive cuánto antes... Hombre, sobre esto ya no puedo aconsejaros, que cada cual tiene su pensamiento anti erótico por excelencia, aunque si queréis algo que no falla, o no debería fallar, porque creedme, si os falla y la erección no se os baja inmediatamente, sino que persiste, o peor aún se magnifica, entonces no os preocupéis porque se os note, sino que abalanzaros sobre el teléfono más cercano y llamad a un buen psicólogo, porque eso es para que os lo miren, y me refiero a que penséis en ROUCO VARELA, que contra esa, no hay polla que se resista... a morirse, digo...
6.- Usa una coquillera...
¡Oye, que en esto no habría pensado nunca! Como sabéis una coquillera es esa especie de huevera que usan los jugadores de algunos deportes violentos, como el rugby, para proteger los pendientes reales de todo tipo de golpes y magulladuras... es una especie de férula, rígida, de plástico, que cubre las partes... Digo yo, que teniendo todo recogido en el interior de la coquillera se consiguen dos efectos: En primer lugar al ser un engorro considerable de tamaño, ya podéis ir presumiendo de paquete con cualquier tipo de pantalón que os pongáis, y llegado el caso de una erección involuntaria, allí oculta, en su prisión de plástico... ¡Da igual, erecto o fláccido, el paquete permanecerá siempre inalterable!
7.- Hazle caso a DOÑA MANOLITA... ¡Por una más, ciego no te vas a quedar!
Si todo lo anterior falla y la erección sigue ahí, en el momento más inoportuno, entonces discúlpate educadamente, del entorno en el que te halles (trabajo, reunión de amigos, bar, club de lectura, etc, etc...) y dirígete al baño, enciérrate en él, sácate la polla y después de mirarla con resignación dile: “¡Bueno... otra vez más te vas a salir con la tuya, en fin...!” y doblégate a sus pretensiones, total, la pobre sólo quiere un poco de atención por tu parte, además hay algo seguro... con este método, que DOÑA MANOLITA es como los niños chicos cuando se encaprichan en algo, en cuanto la hayas satisfecho, volverá obediente a su ser natural, con lo que el problema habrá desaparecido... pero no aparezcas de golpe en aquel evento social del que te ausentaste para ir al baño, al menos... ¡Espera a que se te pase el sonrojo de las mejillas!