Hoy, al contrario, recurro a vosotros para que me deis respuesta, o vuestra opinión, sobre una duda que se me ha planteado recientemente, además, por culpa de mi novio, que todo hay que decirlo.
Resulta que el otro día recordaba mi novio que, en un pueblo en el que trabajó hace mucho tiempo, había un anciano que decía que “la leche era mala y daba cáncer”, lo recordaba a cuento de que últimamente se ha vuelto lactofóbico, por lo que se ve, porque lleva ya varios meses que no desayuna leche, ni café, sólo una manzanilla... yo intentaba rebatirle diciéndole que eso era una solemne gilipollez, más o menos de la siguiente manera: “¿Cómo va a se la leche mala, hombre de Dios? ¡Si todos los mamíferos la toman...!” y de repente, al escuchar este argumento mío, me asaltó la duda, y es que en efecto, todos los mamíferos la tomamos, pero no por ello la leche ha de ser necesariamente buena... me explico:
Efectivamente, todos los mamíferos tomamos leche, pero con una pequeña diferencia, mientras que los animales la toman sólo y exclusivamente en su lactancia, hasta el destete y luego nunca más la vuelven a probar (ciertamente, un lobezno mama de su madre, pero en cuanto es destetado, en la naturaleza, nunca jamás probará la leche, y lo mismo pasa con todos los mamíferos), mientras que el ser humano es el único que prolonga, más allá de su lactancia y destete, el consumo de leche, aunque ya no sea de nuestras madres, sino de una vaca, y entonces me surgió la duda: “¿Y si, precisamente, lo malo de la leche no es tomarla en el momento adecuado, sino el prolongar su consumo más allá de lo naturalmente establecido, que es la lactancia?”
Investigando sobre el tema he descubierto que para poder digerir convenientemente la leche (lactosa) es necesario que nuestro organismo produzca una enzima llamada lactasa, cuya producción por parte de nuestro organismo, al parecer depende de toda una serie de factores muy curiosos (por eso las personas intolerantes a la lactosa es que no producen lactasa ninguna):
Al parecer, en Oriente, la intolerancia a la lactosa (o incapacidad de producir lactasa para digerirla) es muy alta, lo que explica por qué chinos, japoneses, coreanos, tibetanos, suelen tener muy poco aprecio por los lácteos y sus derivados (y porqué nuestros turistas japoneses “se cagan vivos” cuando se toman su primer yogur en el hotel) ya que en los países asiáticos y orientales la intolerancia a la lactosa es muy alta, en torno al 85 % de la población, sin embargo en países más norteños, como SUIZA, ESCANDINAVIA, POLONIA, RUSIA, NORUEGA, SUECIA, ALEMANIA... la intolerancia a la lactosa es cero, es decir que todos sus habitantes digieren la leche sin problema, mientras que los índices de tolerancia a la lactosa van subiendo conforme descendemos al sur, de esta manera en ESPAÑA, PORTUGAL, FRANCIA, ITALIA, el MEDITERRÁNEO... los índices suelen aumentar, de intolerancia a la lactosa, me refiero...
Desde un punto de vista orgánico, evidentemente, nuestro organismo produce la lactasa con más fruición durante nuestra lactancia, para digerir la leche materna y su producción desciende desde el destete... la explicación antropológica nos dice que hasta que el hombre primitivo no domesticó los primeros animales productores de leche (vacas, cabras y ovejas) no forzó a que su organismo estuviese más en contacto con la lactosa, obligándole a producir más lactasa, lo que se traduce, en términos estadísticos, que aquellos pueblos que antes domesticaron y ordeñaron animales se hicieron más tolerantes a la lactosa post destete.... Así el problema se reduce a que la leche, en sí misma no es mala, todo se debe a lo habituado o no que esté nuestro organismo a ella, y a la capacidad de producir la enzima lactasa que seamos capaces de mantener más allá de nuestra más tierna infancia....
Entonces... ¿Vosotros como andáis de lactosa, y de lactasa? ¿Sois de mala leche o de buena leche?