OBRAS, REFORMAS, CHAPUZAS.... Y "POYAQUES"


Hemos estado de obras en casa… que no sé si vosotros habéis hecho alguna vez obras, reformas, chapuzas y otros inventos en casa, aunque supongo que no llegaréis nunca a alcanzar a mi madre, que aún dice: “Veinte años en el piso, y aún no lo tengo a mi gusto”, tampoco es que nuestras pretensiones fueran muchas, que sólo “pretendíamos cambiar una ventana”… y digo bien, “pretendíamos” porque no sé si alguna vez habéis hecho obras, reformas o chapuzas, pero lo peor, lo peor de todo ello son lo que en ANDALUCÍA llamamos los “poyaques”…

Y es que los “poyaques” son aquellos pequeños detalles, de los que te acuerdas sobre la marcha (ya se sabe, refranero al canto, los españoles piensan bien, pero tarde), y aprovechas que tienes al albañil en casa, y entonces viene la retahíla de “poyaques”: “Pós ya que estamos puestos, puede usted embutir el cable de la antena de la tele, que se ve y está muy feo”, “pós ya que estamos, puede usted pegarme un par de baldosas que bailan en la cocina”, “pós ya que estamos puestos, puede usted poner estas molduras que se nos quedaron la otra vez sin poner”… Y claro, ni qué decir tiene que a los albañiles les encantan los “poyaques”, porque como no están en el presupuesto de la obra inicial, como buenos imprevistos “poyaques” que son, ahí es donde te clavan, puesto que eso no estaba hablado, y cualquier “poyaque” que se precie, sobretodo si se cobra por horas, pues te lo hacen con más cariño y dedicación que la obra, reforma o chapuza principal…

O sea, que recapitulando, nuestro “poner una ventana nueva” en el cuarto de invitados, porque ya las hemos repuesto todas en la casa, que eran muy viejas y dejaban pasar el frío, y el calor, y hasta agua cuando llovía, se ha convertido, por aquello de los “poyaques” en: Cambiar ventana, dividir el salón en dos, tirando un tabique por el medio para sacar dos habitaciones, desplazar el dormitorio principal a la habitación resultante, transformar el dormitorio en el nuevo saló, para lo que ha habido que tirar otro tabique diferente, abriéndole una puerta nueva, que hemos dejado en un arco, porque ya no nos llegaba el dinero para poner una puerta nueva en el lugar del nuevo hueco… O lo que es lo mismo, que unas horas de obras, reformas y chapuzas, se han convertido en dos días infernales….

Y luego, “poyaques” aparte, nos hemos tenido que enfrentar a otro problema, que –para qué mentir- se agudiza más en el caso de las chapuzas que se han de hacer en casa de unos gays, y que tiene mucho que ver con los “poyaques”, ya que casi son palabras casi homófonas, es decir que se pronuncian de la misma manera, y me refiero a los “pollaques” (sí, con –ll- de pollas)… ¿Alquien me quiere explicar, salvo que no esté ya investigado en ese libro de ciencia aplicada que son las LEYES DE MURPHY, por qué misterio de la vida cuando se han de hacer obras en casa de un marica, siempre te mandan, de la empresa correspondiente, al tío más bueno que tienen disponible? Porque esto sí que es un misterio, que si encima tienes que convivir con un extraño, es decir el albañil, por unas horas, o unos días en tu casa, encima te manden a uno que te ponga “berraco”, y encima en vez de estar, como se suele estar en toda casa andaluza en Agosto, en calzoncillos, tengas que estar sudando la gota gorda, vestidito de forma formal, y con los pantalones más ajustados que tengas, para que no se te noten las erecciones, conforme vas viendo las evoluciones del albañil por medio de tu casa…

Porque, si habéis estado atentos, los “poyaques” de estas obras han implicado tirar y levantar un par de tabiques, por lo que han hecho falta dos “profesionales” diferentes: A saber, el que vino (día 1), a levantar el tabique y poner la ventana, y el que vino (día 2) a enlucir el tabique levantado y el destrozo de poner la ventana, esto es, básicamente: el albañil y el escayolista…

En lo que se refiere al albañil, éste es el que le pone a mi novio, para qué negarlo, ya le puso en las últimas reformas que hicimos en casa, aunque sabemos, por las conversaciones con él (de alguna manera hay que justificar el ir detrás de él de un lado para otro, sin que parezcamos unos desconfiados supervisando la obra, aunque en el fondo lo que queríamos era recrearnos con él), que está casado y tiene dos niñas (¡nuestro gozo en un pozo!), aunque lo de las dos niñas es un punto en su contra, como albañil ¿qué se puede esperar de un tío al que se le “rajan” todas las obras? (Me dijeron en un comentario que es de mal gusto comentar los chistes, pero si no lo habéis entendido, “se le rajan las obras” porque todos los hijos le salen “niñas”), lo que descartaba cualquier tipo de “pollaque” (de “polla”): Pós ya que estás agachado, haciendo mezcla, si quieres te la meto”, “pós ya que estás subido en las burriquetas, a la altura perfecta, te como la polla”… Claro, que el que no se consuela es porque no quiere, porque en un momento dado, mi novio me dijo: “¡Ay, voy a ir al baño un rato, no me molestes!” (¡Coño, qué cabrón, cuando yo me hago una paja no se lo voy anunciando….!)

Al terminar el albañil, a última hora del día 1, vino el escayolista, porque lo había llamado el otro para explicarle lo que tenía que hacer al día siguiente, éste era el que me ponía a mí, y el que mejores perspectivas ofrecía, ya que llevaba en la oreja derecha el típico pendiente de cristal, estilo BECKHAM, parecía más joven y con más desparpajo, de hecho el trabajo le cundía mucho más…. además, a éste le ofrecimos una cerveza, en plena faena, y al contrario que el otro, no la rechazó, que se bebió dos… es lógico, un albañil español va indefectiblemente acompañado de su cerveza y su bocadillo de chorizo… aunque pronto nos quedamos con las ganas (¡con éste tampoco iba a haber “pollaques” –de polla- que valiesen…!) y es que, en plena faena (la de enlucir el muro… malpensados) le llamaron al móvil, y era su mujer (¡qué forma de joderle a uno el morbo!) preguntándole no se qué de si le iba a dar tiempo a llegar a casa a comer…. y yo pensando, que éste me ponía a mí más que a mi novio… ¡si no le da tiempo a comer la chistorra del bocata ya se la pongo yo, que según se mire, la polla me cabe en los penecillos que he comprado, ya que no había barras cuando he llegado a la panadería!

Menos mal, que en eso de “creyentes y píos” –para según que cosas- mi novio y yo somos iguales, porque luego, a pesar de los calentones mañaneros, ya que las obras han durado siempre, ambos días, por la mañana, luego por la tarde ni siquiera nos hemos “desfogado” entre nosotros, porque como llevamos ya varios días pegados al televisor, con el CANAL 13 TV, siguiendo lo que ellos han llamado “el programa más largo del mundo”, es decir, las retransmisiones de todo lo papable y de las JMJ, y esos programas han terminado tan tarde, nos hemos ido tan cansadísimos a la cama (de tanto limpiar, porque ya se sabe, los albañiles manchan, pero nunca limpian), que no nos hemos acordado ni de follar, sea dicho en plata…. Así que es previsible que el domingo, cuando hayamos terminado de limpiar, se haya ido el Papa, y volvamos a ver los toros en CANAL SUR por la tarde, volvamos a la vida normal, que no sé si os acordaréis que os dije en una ocasión, que no sé si es por los toreros, por las banderillas, o por los estoques, no hay retransmisión taurina en la tele que seamos capaces de ver, de cabo a rabo, nunca mejor dicho lo del rabo, sin ponernos a follar en el salón a lo bestia….