EN VERANO NO SE PUEDE FOLLAR...


Porque vamos a ver, recién me despierto, y me rasco un huevo, desperezándome, como quien no quiere la cosa, cuando me doy cuenta de que, precisamente, me estoy rascando un huevo… y pienso “¿Estoy desnudo? ¿Es que anoche hicimos algo?” entonces la neurona que ya empieza a despertarse me da la respuesta: “¡Que va…! ¿No te acuerdas que de madrugada, te quitaste los calzoncillos, en plena canícula, porque te sobraba todo! ¡Si hasta te sobraba tu novio en la cama! ¡Con el calor que desprende otro cuerpo sobado a tu lado desprendiendo 36º de temperatura corporal…!”Mejor informado, sobre las vicisitudes de la noche, me levanto y me voy al baño, ando medio empalmado, aunque desnudo, con lo dormido que estoy aún (si es que en verano no se duerme, ni se descansa, sólo se suda en la cama) cómo para ponerme a buscar donde revoleé anoche los calzoncillos…

En plan zombie desnudo, después de mear, con lo que desaparece el empalme matutino, me dirijo aún en modo “standby” a la cocina, a preparar el café… necesito que en el culo de la cafetera haya quedado algo del día anterior, es lo que me bebo para poder despertar y preparar el primer café de la mañana con todos los sentidos puestos en ello… a veces, estoy tan dormido, que pongo la cafetera sin agua, y yo, oliendo a café chamuscado, sin darme cuenta, pensando… “¿Y esto por qué no sube hoy…?”… si soy capaz de superar esta primera crisis matinal, y me tomo un café como Dios manda, entonces ya puedo decir que soy persona… me tomo el cafelito en el salón, y al sentarme en el sofá, mi culete detecta el tacto de la funda del sofá… ¡anda, pero sigo desnudo! Hago un esfuerzo por buscar unos calzoncillos de estar en casa, de esos tan viejos con los que nunca irías a ningún sitio con ellos puestos, no lo hago por pudor, pero tampoco soy tan nudista para pasearme en pelota por toda la casa… los de anoche, ya los encontraré, cuando barra el dormitorio supongo…

Mi novio hace su entrada en el salón… ¡otro que va desnudo! Aunque yo le dejé dormido vestido… ¡que coñazo de calor…! Me pide que le ponga un café, no tanto porque esté dormido, sino porque se aprovecha de que yo ya estoy despierto… él sigue desnudo, en el sofá, desayunando, a él le da igual… de todas formas tampoco es que esperemos visita, salvo la que lee el contador del agua, o el cartero… aunque en estos casos tengo una camiseta siempre puesta en el respaldo del sofá, por si llaman a la puerta de repente, por supuesto, seré yo el que abra, ya que él no está en paraje de abrir… lo mejor de todo son los pelos de rey león desmelenado con los que suele amanecer, aunque fuera desnudo, espantaría a cualquiera al que le abriera la puerta… Ya estamos desayunados, aunque lo de despiertos es otro cantar, que el calor no hace sino aumentar, conforme crece la mañana y eso es algo que derrite las neuronas y paraliza los músculos…

He pensado en planchar, aunque he descartado la idea, en primer lugar no quiero añadir más calor a este calor, poner lavadoras sería una buena opción, pero añadir más ropa al montón de la plancha, tampoco me parece razonable, me pondría a limpiar, pero como estamos de medio obras es una solemne tontería, ya que aún queda mucho polvo por hacer, en la obra, se entiende… pero soy incapaz de estarme quieto… necesito hacer algo útil… aunque sólo sea por acallar mi conciencia de no hacer nadami novio es más práctico que yo, a él no le reconcome el no hacer nada, es el placer del verano (si no fuera por el calor…) está delante del ordenador, prestando poca atención a la RULETA DE LA FORTUNA en la tele, ya que está chateando o viendo porno… no es que me lo diga, ni que me importe, pero la erección en el sofá le delata… y la mía, viéndole a él, en los calzoncillos, me delata a mí… ¡pero qué poca imaginación, Dios mío, todo el día desnudos por la casa con este calor…!

A estas alturas del día deberíamos comer, pero con este calor, no apetece, además tenemos siempre en la nevera nuestros cuatro o cinco litros de gazpacho (según cual sea la capacidad de nuestra olla express), recién hecho, siempre en la nevera, o sea que un par de tragos nos mantenemos hasta la noche, momento en el que cenamos en condiciones… no me ha hecho falta salir a la calle para nada, y tampoco ha llamado nadie… afuera el calor es insoportable y la chicharra ha comenzado a cantar… me tumbo en mi sofá, con la almohada, haciéndo que voy a dormir la siesta, aunque pocas veces lo consigo, no por falta de ganas, o querer esquivar el calor durmiendo, es que normalmente los documentales de LA 2 después del TELEDIARIO me suelen engancharmi novio se acaricia la polla despacio, no así el mono de la tele, que parece que lo hace con más ganas, es que viendo porno en el ordenador desde la mañana pues ya va siendo hora de que se te vayan hinchando los huevos… se me hace el remolón, me mira de reojo y me dice… “¿Tú no querías hacer algo útil esta mañana? ¡Comémela, que estoy muy caliente!”…

No le he dejado terminar la frase, ya me estaba inclinando sobre él, quitándome yo los calzoncillos de estar por casa, con la boca llena no se habla, me decían de pequeño sobre los modales en la mesa, pero aún me atrevo a decir… “¡Vale, si me dejas que te folle!”, no es una condición, ni una contraprestación a la mamada que le hago, es que lo uno lleva a lo otro, y cuanto más caliente se me pone más pasivo se me vuelve… a estas alturas, el mono del documental ha debido de tener la misma idea que nosotros, menos mal que esta vez el documental no va del típico león cazando a la cría de gacela, que entonces a mi novio le sale la vena llorona y se le baja la trempera… ¡que cruel es la PUTA MADRE NATURALEZA! Apenas salen los créditos del final del documental y mi novio se está corriendo, de pie, en el suelo mientras yo lo hago en su interior… esto es tan cuasi rutinario, que en vez de una guarrada, o de un beso post corrida, le digo… “Ve tú a por la fregona que yo estoy muy cansado”… A estas alturas son ya las cinco de la tarde, se nos acaba de pasar medio día como quien no quiere la cosa…

Ahora sí, debería ir a comprar, al menos la cerveza de la tarde y lo que pensemos comer, pero espero un tiempo prudencial, una vez no esperé, y con los pantaloncillos de verano se me marcaba aún la medio erección post follada, vamos el proceso de deflacción, pero lento… que me dio una vergüenza en el supermercado, que para qué contaros Salir a comprar es misión imposible, aunque hay que hacerlo, con este calor, es que luego me da más pereza y cuando llego, me desnudo de nuevo, llego con la camiseta chorreando de la calle…. debería ducharme, y lo hago, aunque no sirve de nada, porque el esfuerzo de secarme ya me tiene chorreando de sudor de nuevo…

La tarde avanza, lenta, como la chicharra que canta fuera de nuestra ventana, que se hace pegajosa e insoportable… estamos haciendo el esfuerzo mental sobrehumano, con el cerebro derretido, de intentar seguir un episodio de MENTES CRIMINALES, de esos que echan ahora por la tele, en el canal FDF, por las tardes… y ya casi es la hora de cenar, bueno, no es que echen un episodio, es que encadenan seis o siete, es lo bueno de repetir tanto la programación, que te da igual quemar una serie, tienes otros dos o tres canales donde volverla a echar… me levanto a ver qué coño vamos a cenar, porque el gazpacho, lo tengo asegurado… con todo, tengo la precaución de ponerme un delantal… que ya tuve la experiencia de hacer unas hamburguesas en pelota y me salpicó el aceite, no donde pensaís, que me queda por debajo del nivel de la vitrocerámica, pero se me quedó el pecho que parecía un sarampión de micro-circulitos-rojos del aceite salpicado

Será por aquello de hacer ganas de comer, pero mi novio ha entrado en la cocina sinuoso y casi a hurtadillas, cuando me doy cuenta me dice que va a coger una cerveza, me lo dice porque sabe el coraje que me da que venga a la cocina a “supervisarme” cuando estoy cocinando… ¡si no te fías de mí, hazlo tú!… aunque la trempera con la que viene anuncia otra cosa… empieza a restregrarse conmigo por detrás… y sabe que me jode no poder estar atento a la cocina y a sus pretensiones, aunque cedo porque yo ya tuve mi parte en la siesta… el caso es que ya no me doy cuenta de cómo andan las patatas, y lo más seguro es que el conejo… ¡alto ahí, mal pensados, el conejo del horno de la cena!... se esté quemando, así que, con el temblor de piernas y el fallo de rodillas que me provoca que me follen, de pie, en la cocina, apago el horno para que el conejo termine de hacerse en el calor residual del horno, para nada residual el calor que siento del cuerpo de mi novio apretado contra mí… 


Y lo peor de todo es que nos darán las tantas frente al televisor, viendo chorradas, intentando esquivar el irse a la cama con el calor sofocante y pegajoso de la noche… mi novio se suele ir antes a la cama… cuando yo llego, está dormido, desnudo tumbado cuán largo es… yo ya no me acuerdo si estoy desnudo o vestido, por fin me ha vencido el sueño, aunque no me preocupa, porque una casa tengo clara, esta noche nada malo va a pasar porque… follar con este calor en verano, es cosa impensable….