El César de las Polillas.


Boquiaquierto me ha dejado el Sr. Durán i Lleida.
¡Oh! ¡Manifestación Suprema de la Claridad divina! ¡De la benignidad Nacional-Católica-Catalana! ¡De la Virgen de Montserrat en estado Pleno apoltronada con su niño catalán! ¡Oh, Padre de las Siete Potencias del Cristo de las Llagas! ¡Oh, Diputado -y más puto que un esputo- Sublime de las Nacionalidades históricas de este País! ¡Defensor de la Patria y Pontífice Máximo de Bendicto XVI! ¡Oh, rancio entre los rancios y meapilas entre los meapilas!... ¡Caridad suprema de los desamparados catalanes que son explotados por los nacinales españoles! ¡Oh, Segunda persona de la Trinidad donde Pujol es el Padre, vos el hijo y Más el Espíritu Santo redentor!
Luz del Mundo y Gloria de la Gloria Divina.

Lo dicho: boquiabierto me ha dejado este Señor cuando en la defensa de sus prerrogativas, ese Verbo manifestador de la Claridad Divina ha dicho -dixit-: "Quizás ustedes prefieran unos parlamentarios funcionarios y pobres"... ¡Oh!... ¡cuánta sabiduría innata!. ¡Qué palabras más reveladoras del espíritu de este Señor!
Y es que, ¡claro!, ya decía el Prólogo de San Juan que al principio era el Verbo y del Verbo surgieron todas las manifestaciones y realidades existentes.
Y del Verbo de este Sr. se desprende además de caspa, su verdadera naturaleza.
Dice el Sr. Durán -que nunca la tiene dura- que si indagamos en su patrimonio, lo único que encontraremos son 600 euros en una cuenta bancaria ya que, como buen pobretón y mugroso que es, explotado por toda la nacionalidad española, el pobrecito únicamente tiene TRES casas con sus respectivas TRES hipotecas. O sea... nada de nada.
Pobrecillo... podría ponerse con Esperanza Aguirre en la entrada del metro para recuperar ese triste bolsillo.
Pero es que, además, esta Potencia Magnánima digna de ser sostenida por ángeles, tronos, dominaciones y potestades, desprecia con sus palabras a los pobres funcionarios identificándolos "in se et per se" con gente maldita que no puede estar en un Digno Parlamento. Y yendo más allá y levantando el velo del templo, resulta que Durán -al cual nunca se le pone dura- identifica a los mugrosos funcionarios con gente "pobre y mugrosa" que afearía mucho las poltronas parlamentarias -fabricadas con el mejor de los cueros de ovejo-.
¡Oh! ¡Nuevo Tomás de Aquino Nacional! ¡Qué dignas palabras para ser recogidas en letras de oro en esa nueva Summa Theologica del Nacionalismo Catalán!
Y claro... Si ustedes no quieres ver -como es natural- un Parlamento lleno de funcionarios mugrosos mal vestidos y pobretones, con corbatas anticuadas y no bordadas con oro fino, lo que DEBEN de hacer es no cuestionar los beneficios de estos dignísimos parlamentarios nuestros de cada día, que nos ganan el pan y nos beben la sangre de forma tan eucarística.
¡Ahí queda esa dialéctica hegeliana! ¡ahora, te jodes y luego bailas!