Y es que un grupo de madres habilidosas, de no sé dónde, tuvo la feliz ocurrencia de convertir los dibujos de sus niños en juguetes, y como podréis ver a continuación los resultados han sido sorprendentes:
Porque todos hemos sido niños y hemos dibujado nuestros primeros monigotes, con más o menos gracia… pero no me digáis que en este caso el resultado no ha sido sorprendente, supongo que al niño, además de darle el juguete le enseñarán su propio dibujo original, para que sepa reconocerlo como algo propio, y es que, a mí me regalan un monigote como éste, de primeras, sin explicarme mucho de que va el tema… ¡y me da una grima…!
En este siguiente ejemplo, que a mí se me antoja una especie de GUSILUZ, de los juguetes que había en mi época, aunque este ha “digievolucionado” como los DIGIMON, en GUSIMARIPOSA, la madre de este niño, o niña, que ya sabemos que las maripositas son de niñas… o de niños gays…. se ha lucido y esmerado reproduciendo la criaturita de su vástago… que con este muñeco sí que tiene que ser un gustazo dormir… ¡Tiene pinta de ser tan suavito!
En este caso hay que reconocer que el pobre gato está un poco “contrahecho” aunque ya tiene mérito que el niño pequeño lo haya intentado dibujar en perspectiva, y no se haya olvidado de dibujar las cuatro patas, que ya sabemos que las patas de los perritos y gatitos de los dibujos de los niños pequeños, o tienen tres, o tienen cinco… Aunque hay que señalar que, en este caso, la recreación al muñeco ha sido simple y llanamente, sublime…
Y yo siempre me he preguntado por qué en todas las películas y series norteamericanas, cuando quieren recrear una habitación infantil, aparece el dinosaurio de juguete de marras en la estantería del dormitorio, será que los niños yanquis tienen una etapa de fijación infantil jurásica, que en este caso la madre ha reproducido con fidelidad… Notad que no faltan el detalle de los pelos y las gafas… aunque claro, en términos de evolución, seguramente del dinosaurio con pelos y gafas evolucioné yo mismo, mismamente…
Y todos los niños sin excepción hemos pintado dragones algunas veces, sobretodo en nuestra etapa de primerizos lectores de cuentos de dragones y princesas, mientras que las niñas, supongo, siempre, en algún momento de su vida, habrán dibujado princesas… y es que, una vez más, el parecido entre el peluche y el dibujo es asombroso…
Y claro, hablando de princesas, no podía faltar el dibujito de una niña, aunque la pobrecita ésta debe de tener un cacao en la cabeza, sin duda por la mala influencia Disney, porque ha mezclado, como en un dos por uno, a la sirenita con cualquier otra princesita, y mira que le ha puesto detalle la jodida…. menos mal que la madre debe de ser igual de puntillosa y detallosa a la hora de coser ¡Qué no se ha olvidado de ningún detalle!
Y la competencia de Disney tampoco se queda atrás en el imaginario de los niños, que este chavea debió de inspirarse en los MONSTERS de la PIXAR, porque vamos, el bicho es feo de cojones, por lo tanto no podemos pretender que el peluche sea más bonico que el referente, aunque igual de conseguido…
Y para que veáis que los niños también son muy impresionables a todo lo gay, aquí os dejo, en último lugar, la imagen del conejito gay orgulloso de su bandera… y es que, nada de EPI Y BLAS, nada de BOB ESPONJA, nada de SHINCHÁN cuando le mariconea a su amigo KASAMA, si hay algo que amaricona a los niños es ese conejo cabrón y amanerado, o a mí siempre me lo pareció, de BUGS BUNNY, cuya versión mariconil, hecha trapo, ya querría yo para mí… ¡para ponerlo encima de mi cama…!
Así que ya sabéis, si queréis ser originales, más os vale, que aún os da tiempo, decidle a cualquiera de vuestros hijos, sobrinos o “resto de enanos colaterales” que os haga un dibujito cualquiera, para luego convertirlo en todo un juguete…. ¡Luego no digáis que no os doy ideas, como las del año pasado, aunque sobre este tema volveremos más cerca de la fecha de los reyes!