UNA DE MEMORIA HISTÓRICA...


Ahora que está tan de moda todo lo referente a la memoria histórica (estatuas de FRANCO fuera, reordenación del VALLE DE LOS CAIDOS, exumaciones de represaliados en la guerra, la polémica de los niños vendidos en los hospitales…), os traigo a vuestra consideración, y por qué no decirlo, para vuestra culturilla general y vuestra ilustración, uno de los episodios históricos más oscuros, a la par que curiosos, de nuestra reciente historia: La creación, durante los años de la posguerra en ESPAÑA, en torno a década de los años 40 y 50, de una de las redes de espionaje más eficaces de cuántas han existido en el mundo, y que, con pocos cambios, aún sigue persistiendo en la actualidad.

No sé si sabéis, que en lo que se refiere a las mujeres, especialmente las abuelas, las amas de casa y las esposas, a la hora de confesar tienen una forma de hacerlo muy curiosa, y es que las mujeres, nunca confiesan sus pecados, sino que se confiesan haciendo una especie de “por mí y por todos mis compañeros”, es decir, que convierten al confesor no sólo en confidente de sus propios pecados, sino que, de paso, porque ellos no confiesan con la misma frecuencia, o directamente, no confiesan, ponen al confesor al tanto de todo lo que hacen los demás, especialmente su esposo y sus hijos, como si esa especie de confesión en cabeza ajena fuese a traer a aquéllos al redil… De esta manera, durante los años cuarenta, estas mujeres, pese a toda su buena fe,  compartían con sus confesores sus angustias en relación con las relaciones de sus hijos o esposos con los sindicatos, el partido comunista, el socialismo... y referían detalles como el extraño comportamiento de sus esposos e hijos, sus reuniones secretas, sus ausencias injustificadas del domicilio… Se trataba de mujeres preocupadas, sinceramente, por el doble motivo de que todas aquellas actividades eran ilegales, como por la salvación de los mismos, pues en aquella época aquellas ideologías eran también sinónimo de pecado.

Lo que surgió y se detectó de forma meramente espontánea, cuando los párrocos comentaron este hecho en las reuniones arciprestales, llegó –por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia y proclives al Régimen- a oídos de las autoridades civiles quienes vieron, en ello, una fuente preciosa de información para atajar la clandestinidad de los movimientos contrarios al franquismo, imperante en ese momento, y que cada vez alcanzaban más fuerza, precisamente apoyados en la clandestinidad de sus actuaciones.

Como consecuencia de ello, al final, algo que no debía haber transcendido de los ámbitos eclesiales, bastante presionados ya por el Régimen, acabó siendo institucionalizado por el MINISTERIO DE INFORMACIÓN Y PRENSA, desde su misma creación en el año 1.951, siendo a la sazón, el primer ministro el señor D. GABRIEL ARIAS-SALGADO, hasta el punto de que se constituyó –oficialmente- lo que se denominó la red BISCA, que son las siglas de BEATAS INFORMADORAS SECRETAS CATÓLICAS, puede que el nombre no fuese el más acertado pero, y hay que sorprenderse por ello, que la historia a veces supera a la ficción, como se suele decir, fue el que decidió la esposa misma de FRANCO, Doña CARMEN POLO, que fue nombrada con carácter vitalicio, Fundadora, Presidenta Honoraria y Protectora de dicha institución, así se pasó de las confesoras ingenuas preocupadas por la suerte de sus seres queridos a la institucionalización de toda una red de mujeres informadoras del Régimen franquista, una auténtica red de espías de la que nadie podía sospechar.

Todo estaba tan institucionalizado que hasta tenían un escudo propio, que se prendían las mujeres pertenecientes a esta red en la solapa de sus vestidos y trajes de chaqueta, por su diseño pasaba completamente desapercibido, dada la costumbre, sobretodo en aquella época y de las señoras mayores, de llevar prendidas todo tipo de insignias religiosas de sus cofradías, sus asociaciaciones parroquiales y de todo ese tipo de actividades, pero al mismo tiempo las identificaba entre sí.

Su escudo era el siguiente: Una mujer mira un espejo mientras que se lleva la otra mano al oído, y la leyenda Audimus Omnia Videmus, significa Todo lo vemos y todo lo escuchamos.

Con la llegada de la democracia, a partir de los años setenta y todo el proceso de cambios que supuso –en todos los aspectos- la llamada transición española, cambios de los que no se pudo sustraer ni la propia Iglesia, sobretodo desde la celebración del CONCILIO VATICANO II, y tras el conveniente cambio de pensamiento de la jerarquía eclesiástica española, tras el consecuente cambio generacional, y la labor impagable del fallecido Cardenal ENRIQUE VICENTE Y TARANCON como Presidente de la Conferencia Episcopal española (desde el año 1.971), la Iglesia comenzó a desvincularse del régimen franquista y a asumir la nueva realidad democrática, lo que motivó que la red BISCA cayera en desuso…. Con todo, nunca hubo una declaración formal al respecto de la extinción de la red BISCA, ni la Iglesia admitió nunca oficialmente su existencia, ni los Obispos se preocuparon formalmente de desmantelarla, dichas mujeres dejaron de estar en nómina de la Iglesia, ya que se optó –desde los ámbitos eclesiales- por dejar que la naturaleza siguiera su curso, y la red BISCA se extinguiese por sí sola, de hecho casi todas ellas han fallecido ya o son muy ancianas. No obstante lo anterior, se dice que en determinadas ocasiones, en casos muy especiales,  la Iglesia aún sigue recurriendo a ellas cuando es preciso recabar cierta información que, de otra forma, no se podría lograr.

Se dice, se cuenta, se rumorea que, recientemente, cuando las relaciones entre la Iglesia y el Estado español estaban tan tensas, como consecuencia de la promulgación de leyes tan sonadas como la reforma del aborto y del matrimonio gay, que iban a empañar la primera visita a España de BENEDICTO XVI, cuando se consiguió la célebre reunión entre el Secretario de Estado del VATICANO, Cardenal TARSICIO BERTONE, con la entonces, Vicepresidenta, MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA, de cuyo encuentro se consiguió la paz, al menos en apariencia, entre ambas instituciones, y se desbloquearon ciertos temas, como la financiación de la Iglesia española por parte del Estado, fue posible dicho encuentro gracias a cierto informe que obraba en manos de la nunciatura sobre detalles “escabrosos” de la vida personal de la señora Vicepresidenta (tanto como para “presionar” al Gobierno)… Quizás la pobre MARIA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA debió prestar más atención a esa señora mayor, vecina suya, de la que se habia quejado varias veces en su entorno de amigos y familiares… “¡Es que tengo una vieja cotilla por vecina que no me deja vivir…! ¡La tengo en la puerta de casa todos los días, y el otro día me entregó el correo, como un favor, porque yo no estaba cuando vino el cartero!”… de ser cierto lo que se rumorea, en los mentideros eclesiales, éste habría sido uno de los últimos golpes de efecto de la red BISCA, que aún colea…

Así que ya sabéis, seguro que si hacéis un poco de memoria descubriréis a esa vecina cotilla, a esa vieja chismosa, a esa mujer cincuentona que está al tanto de la vida, obra y milagros de todo el barrio, incluidos vosotros mismos… puede que sea una BISCA prestando sus últimos servicios, recordad… la mano que se apoya en el bastón, es la mano que gobierna el mundo….

NOTA DEL AUTOR.- Espero que a estas alturas nadie se haya creído lo anterior, que no es más que fruto de mi aburrimiento y de mi mente enferma, aunque tuve una vecina cotilla, cuando vivía en VALDEMORO que muy bien hubiese dado el perfil de ser una agente, en activo y super-eficaz, de la BISCA