MARICAS INSÓLITOS XVII: LOS SELENITAS


He de reconocer, que para esta entrega XVII de mi sección MARICAS INSÓLITOS, esta vez me he superado y con creces. Hoy os traigo a consideración una obra desconocida de un autor griego, que puede que tampoco os suene mucho, llamado LUCIANO DE SAMOSATA (125-181), concretamente una de ellas que se titula “HISTORIAS VERDADERAS”, y que destaca porque en ella se narran dos argumentos hasta entonces desconocidos en la literatura universal: Por una parte, el primer viaje a la Luna, sí como lo habéis leído, antes que JULIO VERNE este autor ya había imaginado un viaje a la Luna, y en segundo lugar porque los selenitas, los habitantes de la Luna, están constituidos por una sociedad exclusivamente masculina, de la que nos cuenta todos sus detalles (hasta entonces la literatura griega sólo había imaginado sociedades femeninas, por todos conocido el pueblo de las Amazonas).

Pero vayámonos a la Luna, sin más dilaciones:

El autor del libro desea correr aventuras, para ello concibe un viaje hasta los confines del mar, para averiguar qué clase de hombres son los que allí viven, pero en medio de la travesía una especie de huracán o de tifon eleva la nave sobre los aires y, tras perder la noción del tiempo, el protagonista (hemos de suponer el propio LUCIANO, ya que escribe en primera persona), y sus compañeros llegan a la Luna. En aquello momentos estaban en guerra los selenitas (Σεληντας, habitantes de la Luna) y los heliotas (λιτας, habitantes del sol), ya que ambos querían establecer una colonia en el Lucero del Alba, es decir, Venus. LUCIANO y sus compañeros, envueltos en la batalla sin querer, se ponen de lado de los selenitas y al concluir la batalla, con victoria de los selenitas, al fin hay la paz suficiente para que el autor pueda dedicarse, durante una estancia de siete días a conocer mejor a sus anfitriones, gobernados por un rey llamado ENDIMIÓN.

Lo primero que llama la atención al autor es que el rey, ENDIMIÓN, profundamente agradecido quería que me quedara con él y me uniera a la colonia, con la promesa de que me daría a su propio hijo en el matrimonio - no hay ninguna mujer en su país (κα μν ξου μενα τε παρ᾿ ατ κα κοινωνεν τς ποικας, πισχνομενος δσειν πρς γμον τν αυτο παδα· γυνακες γρ οκ εσ παρ᾿ ατος).

Como no aceptara, el rey les concede que al menos, acepten su hospitalidad durante una semana entera (ποπμπει μς στισας πτ μρας), que LUCIANO aprovecha para narrarnos la vida y costumbres de los selenitas.

Prosigue LUCIANO contándonos, en primer lugar, que los selenitas son un pueblo exclusivo de hombres, de tal manera que, no sólo los hombres se casan con los hombres, sino que además carecen de una palabra para definir a la mujer (κα οδ νομα γυναικς λως σασι).

Evidentemente, una sociedad viril, integrada solamente por hombres, necesita reproducirse sin concurso de la mujer, lo que necesita resolver el problema de la REPRODUCCIÓN. Hay que reconocer que la imaginación de LUCIANO en este sentido no carece de límite. Al parecer los selenitas tienen dos formas de reproducción:

Una de ellas sería la equivalente al hermafroditismo atípico, es decir, cada sujeto puede fecundar y ser fecundado, pero no se produce la autofecundación, es necesario el concurso de otro miembro de la especie (algo así como los caracoles), de esta manera los selenitas (esto es algo que no me ha quedado muy claro, ni del griego, ni de la traducción inglesa) poseen un orificio en la parte superior del muslo, en el que se produciría la penetración y la fecundación (π δ τοτων γαμε ατς· κουσι δ οκ ν τ νηδϊ, λλ᾿ ν τας γαστροκνημαις·), al alcanzar el desarrollo del feto (τ μβρυον) cierto tamaño, sajaban el quiste del muslo y extraían al feto μβρυον), aparentemente muerto (κα χρν στερον νατεμντες ξγουσι νεκρ), que revivía al ponerlo, con la boca abierta cara al viento (κθντες δ ατ πρς τν νεμον κεχηντα ζοποιοσιν).

Otra forma de reproducción de los selenitas sería asexual, por simple reproduccion de un miembro del adulto (algo así como cuando una estrella de mar se parte en trozos, que cada uno genera una nueva estrella), de esta manera los selenitas se cortarían el testículo derecho, y procederian a sembrarlo (ρχιν νθρπου τν δεξιν ποτεμντες ν γ φυτεουσιν). De ahí resulta un árbol, carnoso, con forma de falo enorme (κ δ ατο δνδρον ναφεται μγιστον, σρκινον, οον φαλλς·), en cuyo glande madura el feto que, llegado el momento, se desenvaina (como las habas o los guisantes) extrayendo maduro y vivo el nuevo ser (τρυγσαντες ατς κκολπτουσι τος νθρπους). La verdad es que debe ser alucinante ver un bosque de pollas, erectas, recortadas contra el paisaje y a los campesinos recolectando niños. Sobre cómo se educan y crían los niños ya os hablaré más adelante por no daros aún más detalles de estos curiosos selenitas.


Y otra curiosidad sexual de lo selenitas, aparte de las anteriores, LUCIANO nos cuenta que disponen de instrumentos, hechos de márfil, en el caso de los ricos, y de madera, en el caso de los pobres, que utilizan en sus relaciones sexualesδοα μντοι πρσθετα χουσιν, ο μν λεφντινα, ο δ πνητες ατν ξλινα, κα δι τοτων χεουσι κα πλησιζουσι τος γαμ-ταις τος αυτν) ¡Hasta para la calidad de los consoladores tiene que haber ricos y pobres!.

Cuando los selenitas envejecen, no mueren, sino que llegada su vejez se disuelven como el humo y se convierten en aire (λλ᾿ σπερ καπνς διαλυμενος ἀὴρ γνεται). Todos comen lo mismo, aunque su dieta principal son ranas asadas sobre carbones (βατρχους πτσιν π τν νθρκων·), ya que las ranas abundan mucho en la Luna, y otro detalle curioso, ¡son voladoras! (πολλο δ παρ᾿ ατος εσιν ν τ ἀέρι πετμενοι·), en lo que se refiere a su bebida, ya que no hay agua, beben aire, que obtienen comprimiéndolo, del que obtienen un líquido semejante al rocío (κα γρν νιες σπερ δρσον).

En lo que se refiere a la descripción física de los selenitas, en primer lugar, señalar que el ideal de belleza son los hombres completamente rapados y sin pelo, ni vello (Καλς δ νομζεται παρ᾿ ατος ν πο τις φαλακρς κα κομος ,). Carecen de uñas de los pies, ya que no tienen dedos en los mismos, tienen los pies delicados, en punta, sin dedos (λλ πντες εσν μονοδκτυλοι). Deben de ser un pueblo excesivamente amariconado, que ha superado todo el desagrado de las excrecencias humanas, ya que según LUCIANO, por la nariz les corre miel (πομττονται δ μλι δριμτατον·) ¡vamos que en vez de mocos tienen miel! y encima, cuando hacen ejercicio o se cansan en exceso exudan leche en vez de sudor λακτι πν τ σμα δροσιν), hasta el punto de que, recogiendo su sudor se puede hacer queso y todo. Lo que no aclara LUCIANO, ya puestos a elevar las excrecencias humanas a lo más sublime, es si los selenitas, como dice mi novio cuando alguien es demasiado beato "mean agua bendita y peen incienso" y ya puestos, cuando se corren... ¿Eyaculan mermelada de fresa?

Y ahora viene lo de los niños. Resulta que los selenitas no tienen entrañas en el vientre, en su defecto disponen de bolsa (como los canguros) que usan como auténticos bolsillos para llevar aquellas cosas que puedan precisar, y como el interior es velludo y peludo, como acolchado, también pueden llevar a los bebés dentro cuando hace mucho frío μντοι γαστρ σα πρ χρνται τιθντες ν ατ σων δονται· νοικτ γρ ατος ατη κα πλιν κλειστ στιν· ντρων δ οδν πρχειν ατ φανεται, τοτο μνον, τι δασεα πσα ντοσθε κα λσις στιν, στε κα τ νεογν, πειδν ιγσ, ς τατην ποδεται.). Hombre, una cosa hay que reconocerle a los selenitas, que pese al sacrificio de cortarse un huevo, para reproducirse, luego son excelentes padres y atentos con sus crías, que no hay nada peor, si no que se lo pregunten a las madres, o a las canguros, que cargar con el niño a cuestas todo el santo día.

En lo que se refiere a la ropa, de nuevo existe cierto clasismo social, ya que los ricos visten una ropa que se define como vidrio maleable por parte de LUCIANO, podríamos pensar en una especie de neopreno transparente o directamente plástico, mientras que los pobres llevan tejido de bronce hilado, que resulta igual de efectivo que la lana, por ejemplo (σθς δ τος μν πλουσοις αλνη μαλθακ, τος πνησι δ χαλκ φαντ·).

Y para rematar LUCIANO se muestra profeta en otra cosa, propia de nuestros días, podríamos decir que imaginó la aparición y uso de las lentillas (tanto las de ver como las estéticas)… En sus palabras literales, nos dice lo siguiente: Me muestro reacio a contar qué clase de ojos tienen, por temor a pensar que no me creáis dado lo increíble de esta historia, ya que los ojos que tienen son desmontables (τος φθαλμος περιαιρετος χουσι), y se los pueden sacar y guardarlos hasta el momento en que desean ver de nuevo. A veces la gente los pierde y tiene que pedirlos prestados, mientras que los ricos almacenan gran cantidad de ellos, para distintas ocasiones (κα πολλο τος σφετρους πολσαντες παρ᾿ λλων χρησμενοι ρσιν. εσ δ᾿ ο κα πολλος ποθτους χουσιν, ο πλοσιοι.).

Y esta es la desconocida comuna gay de los selenitas, así que cuando el hombre se decida a conquistar la Luna, como espacio alternativo para vivir a la Tierra, yo creo, sinceramente que deberíamos escribir a la NASA para que a los maricas nos mandaran allí por derecho, podemos invocar la obra de LUCIANO como título de propiedad (¿Alguien puede presentar un título de propiedad más antiguo?) Es de suponer que, para entonces, ya la clonación será un hecho, así que no tendremos que sacrificar ninguno de nuestros pendientes reales para la noble tarea de la reproducción… y en lo que se refiere a consoladores, los que hagan falta, que ya hemos superado el márfil y la madera, ¡ahora hacen auténticas virguerías con el latex, hasta te hacen moldes de pollas famosas del porno y todo eso!, no olvidéis echar un maletón con todas las transparencias de las que dispongáis y cientos de lentillas de colores… así que lo dicho… ¡MARICAS, nos vemos en la Luna!