Todos los países, pueblos y regiones del mundo suelen tener su zona rica y su zona pobre, que no sé yo por qué misterio de la economía, se suelen dividir siempre, de forma simétrica, en norte-sur, que ya se sabe que la parte sur del hemisferio (países africanos y latinoamericanos) son los pobres, y la zona norte (europa, asia y norteamérica) los ricos, y lo mismo se extrapola a nivel regional, que el Norte de España (de DESPEÑAPERROS para arriba) siempre ha tenido mayor desarrollo económico que el sur (por ejemplo, ANDALUCÍA y EXTREMADURA), lo mismo sucede con la ITALIA del norte y la del sur, PORTUGAL, FRANCIA, etc, etc… De la misma manera todos los países, pueblos y regiones tienen su cuota de paletos, cazurros, bestiajos y catetos, aquellos que son el paradigma de lo más zafio, borde, grosero, rural y de ese estilo de vida que, por excesivamente campechano, a veces roza el tercermundismo y la caricatura de sí mismo… todos sabemos, por ejemplo, si no no se harían tantos chistes al respecto, que la fama en ESPAÑA se la llevan los de LEPE, o en GRANADA podríamos echarle el muerto a los de MARACENA o MOTRIL, a partes iguales, en JAÉN quienes tienen fama de borricos son los de IBROS, y así podríamos seguir…
En los ESTADOS UNIDOS, sin embargo, descubrimiento que he hecho gracias a mi SAN GOOGLE BENDITO, he descubierto que el equivalente lepero norteamericano son los llamados “rednecks”, es decir, cuellos rojos, llamados así por dos motivos, según se cree: Porque al ser de la zona sureña sus trabajos agrícolas hacían que siempre estuviesen trabajando al sol, y por eso sus cuellos siempre estaban rojos, quemados por el cogote… o por el típico pañuelito rojo, estilo country, que suelen llevar todos anudados al cuello… que aunque no sabía yo eso de que los rednecks fueran la definición de cateto a la norteamericana, sí que lo podía sospechar: En principio por la forma de vida y estilo country, que nada más los cantantes de ese estilo musical deberían ser ejecutados, así, sin anestesia ni nada, en segundo lugar porque a cazurros no les gana nadie, ni siquiera en ideología política (del sur de los ESTADOS UNIDOS es de donde se nutren los votos conservadores, las iglesias protestantes extremas, el ku-kux-klan, las sectas, los anti-gays y todo ese colectivo de personas tan predispuestas a los cambios sociales) y en tercer lugar, esto lo aprendí desde muy niño, porque no queda nada fino y elegante que una señorita bien, ESCARLATA O’HARA, se ponga a hacer juramentos con una zanahoria medio quemada, brindando al sol (que será el final solemne de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ) pero a mí siempre me pareció una catetada…
Y lógicamente, si nosotros nos metemos con la zafiedad y las cortas luces de los leperos, hasta la saciedad, venga a sacarle punta a lo cazurros que son, por lo visto en los ESTADOS UNIDOS no se quedan cortos, así que hoy os traigo un post sobre el estilo de vida “redneck”, o lo que es lo mismo, un auténtico sureño estadounidense:
Ser un verdadero Redneck implica mucho más que conducir una camioneta medio destartalada por un campo de maíz y ponerle BUBBA de nombre al perro de la casa. Un Redneck auténtico no siente la necesidad de impresionar a los demás con la apariencia exterior de una riqueza superficial, ya que un Redneck auténtico se siente tan perfectamente cómodo con un traje de Armani como con su traje regional, a saber, sombrero de cow-boy, camisa de cuadros de leñador, vaqueros desgastados, cuanto más raídos mejor y unas botas que impresionen a cualquiera. Los Rednecks auténticos se compadecen por aquellas pobres criaturas que pierden el culo estudiando en la universidad, intentando labrarse un futuro mejor, y todo para terminar siendo esclavos de las grandes multinacionales, y al final matándose a trabajar, con tantos estudios, sólo por poder conducir un BMW o poder presumir de un ROLEX, mientras que ellos, casi todos analfabetos, pueden presumir igualmente de que la vieja granja familiar, de apenas 80 acres, tiene un valor de ocho millones de dólares, mientras que tienen invertidos cerca de cinco millones en maquinaria agrícola… ¡y eso que sólo trabajan en la temporada de siembra, unos pocos meses al año!
Con todo, si te pirra la música country, tu deporte favorito es disparar a viejas latas oxidadas en la verja del jardín, consideras que un negro es algo que se encuentra en los cotos de caza y te chifla SARAH PALLIN, entonces quieras saber más sobre la forma en la que convertirte en un auténtico sureño:
Los sureños tienen un gran sentido de lo que es la paz interior
Los Rednecks auténticos pueden alardear de haber conseguido, lo que los demás sólo consiguen gastándose el dinero en caras clases de yoga, eso que se llama la paz interior…
En honor a la verdad ayuda a vivir en esta situación de imperturbabilidad el hecho de que haya un arma de fuego en cada cajón de la casa, y sobre todo el hecho de que me la suda lo que puedan pensar los demás del estilo de vida sureño… ¡Ea, queda dicho!
Los sureños tienen un alto sentido del deber y del honor
Los Rednecks llevan al extremo la defensa del honor, la familia y los antepasados. Si no que se lo pregunten a cualquier neoyorquino despistado que ha terminado en urgencias, con la mandíbula rota, por haber hecho un chiste acerca de los sureños, sin darse cuenta de si había alguno a su alrededor, y es que, neoyorquinos hay muchos, pero la familia, ya se sabe, sólo hay una…
Y por encima de todo, GRANDPA y GRANDMA, los abuelos, son intocables… aunque haya que disecarlos y ponerlos en su mecedora, con el rifle entre las manos, a la puerta del porche, para que nadie los eche de menos…
Los sureños tienen un desprecio absoluto por el paso del tiempo, nunca tienen prisa
Los auténticos Rednecks odian todo lo que tenga que ver con la existencia del reloj, los plazos o la existencia de un calendario. Para ellos el tiempo es para vivirlo, cuando a mí me de la gana, no para compartimentarlo en medidas inútiles…
Los redneck pueden empezar a acumular mierda, basura y trastos (es decir, en su pensamiento, materiales de construcción), en su terreno, durante décadas, antes de ponerse a construir la que será su destartalada granja… o comenzar a restaurarlos y reciclarlos de cualquier manera, aunque para ello, hay que reconocer tienen una imaginacion asombrosa… nadie mejor para usar la basura de otro que un sureño…
Desprecio por lo políticamente correcto
Los auténticos Rednecks nunca se rigen por lo políticamente correcto, cuyas normas y dictadura no solamente desobedecen, sino que los convencionalismos sociales, o la educación, no existen para ellos, que satisfarán inmediatamente cualquiera de sus apetencias, en la forma en la que se las pida el cuerpo, olvidándose de cualquier otro dictado social, moral o de simple buen gusto…
Y es que los paletos rara vez se siente interrogados por lo que los demás piensen de ellos.
Hay que honrar a los antepasados
Los Rednecks de pura sangre conocen los detalles de todos y cada uno de sus antepasados, de todos los miembros de su árbol genealógico (lo que no es muy difícil ya que los americanos no tienen más historia personal más allá del bisabuelo, más arriba te tropiezas con un emigrante inglés, o con un indio navajo que se folló a tu bisabuela), por supuesto todos tus ancestros lucharon en la Guerra Civil, de parte de os sureños, pues eran esclavistas de pro, y tenían posesiones de algodón.
Todos ellos tienen la bandera sureña desplegada en su jardín, pegada en su coche, tatuada en su brazo y rasurada en el coño de sus esposas si hace falta, y todos participarán en las recreaciones de la guerra civil, por supuesto, de parte de los sureños…
Es una forma de honrar los sacrificios de nuestros mayores para podernos dejar este cacho de tierra del que somos esclavos, ya que no hay esclavos que la cultiven por nosotros…
Los sureños nunca alardean de la riqueza
Puede que sean unos genios reciclando la basura, que no tiren nada a la basura, al contrario anden rebuscando en ella, y que su estilo de vida nos parezca tercermundista, pobre, denigrante y falto de recursos de subsistencia… pero no te engañes, es todo una trampa visual, desde la guerra saben bien el valor de todo lo que tienen y atesoran, pero saben, de la misma manera, que no se debe alardear de ello.
Nunca digas delante de un sureño: “¿Has visto mi coche? ¡Me ha costado cinco mil dólares, que estoy pagando a plazos!” porque enseguida te dirá: “¿Ves aquella segadora? Me costó 200.000 dólares, que pagué en efectivo… ¡y eso que sólo la uso un par de semanas al año!”, y todo ello pese a que su coche haya sido tuneado con la carcasa de un antiguo carromato que se encontró en el vertedero de basuras municipal…
De la gastronomía sureña mejor no hablaros, que todos hemos visto TOMATES VERDES FRITOS (por cierto, yo los he hecho, es decir, coges un tomate verde, lo cortas en rodajas gordas, lo empanas y lo fríes, no está mal) y sabemos perfectamente dónde y cómo terminó el agente ese del FBI que no apareció nunca, por cierto… ¿No se llamaba, precisamente BUBBA, el negro que se pasaba día y noche removiendo el caldo? ¡Anda, ya he desvelado el misterio del agente desaparecido! Al menos, por un tiempo, aquella “tapa” de caldito caliente les llenó el local a las protagonistas… Aunque básicamente, el lema de la cocina sureña es “si corre, nada o vuela, a la cazuela”, claro que hay que añadir también “si repta” (serpientes y derivados), “si tiene más de cuatro patas” (algunos insectos), o “si tiene placa del FBI” (por despistados y metijones)…
Una amiga mía, en LONDRES, pasando allí una temporada por estudios, me dijo que sabía distinguir, los domingos, cuando iba a misa, una iglesia anglicana de una católica, por la presencia –en las católicas- del sagrario con el manifestador encendido en la capilla del santísimo… lo mismo podríamos decir de una iglesia sureña, que no solamente por tener un coro de negras despamapanantes cantando en el servicio dominical, ya tiene por qué ser una comunidad redneck como Dios manda, sino que además, deberás fijarte en otra serie de indicios:
Para empezar el día inaugural de la temporada de caza de ciervos se considera una fiesta propia, una auténtica solemnidad, en el calendario de la iglesia de que se trate; todo ello sin dejar de mencionar que el sermón más sonado del predicador fue aquel que versaba sobre el milagro en el que Jesucristo dio de comer a cinco mil personas con solo dos peces, ya que hubo una viva discusión, entre los asistentes y el pastor, acerca de si los peces empleados fueron dos carpas, o dos lucios, y sobretodo qué tipo de cebo había usado el Señor para atraparlos, si cebo vivo o mosca artificial, pues en esto la comunidad andaba dividida; es preciso hacer una colecta para financiar la limpieza de la fosa séptica de la parroquia; los cestillos de las ofrendas están hechos con los tapacubos de un chévrolet del 56; en la comunidad hay quinientos miembros pero el pastor sólo tiene siete apellidos en su agenda, ya que los primos se casan con sus primas casi siempre… la parábola de la oveja perdida y encontrada no es una metafora, es el día a día de cualquier feligrés, mientras que la gente no dice a sus amistades: “Vamos a bautizar al niño este domingo”, sino que dice “Vamos a marcar al potrillo el próximo domingo”, para terminar, no dejes de fijarte en la pila bautismal, se trata de un antiguo abrevadero de vacas bañado en plata…
Y para terminar, como sabéis, una sureña de pro, que considera (aunque no lo diga) que los negros son inferiores, los maricas unos pecadores, que tener armas no es sólo un derecho constitucional, sino un mandato divino, que se crió marcando ovejas mientras las sostenía entre las piernas, y que seguro que se corre viva sentada en un fardo de paja escuchando canciones country, es decir, la eterna candidata fachoide-sureña-obtusa a la presidencia, que es SARAH PALLIN, al menos ha sufrido en su carnes el movimiento a la inversa, me refiero a su yerno LEVI JOHNSTON que ha hecho el camino contrario, se ha pasado de la vida sureña a los placeres del norte, ya se sabe lo que dice el refrán castellano, el que ha ido a París, no regresa a la granja, y que ha celebrado –para desesperación de su suegra, que según fuentes no oficiales, estaba que se tiraba de los pelos del coño de rabia y frustración- su entrada en el decrépito mundo de los valores del norte ¡posando desnudo para la revista PLAYGIRL! pues por mí, que se joda la PALLIN, y se alegren mis ojos… ¡para un sureño que no va mascando tabaco mientras dispara a un negro, al menos que lo disfrutemos!