Me encantan los domingos porque no tengo que estudiar, siempre viene algún amigo a casa y nos pasamos el día jugando en el jardín, muy excitados y divertidos. Jugamos a meter... los dardos en la diana, nos pasamos la tarde desnudos entre los columpios; y luego, ya cansados, nos bañamos en la piscina. ¡Qué bien lo pasamos dándolo todo...! Y luego por la noche, hacemos batallas de almohadas; y ya, más calentitos en el cuarto, jugamos ya a otros juegos aún más divertidos...
¡Realmente no hay nada como pasar la tarde con un buen amigo..!