Mi vecina Paca me recuerda a "La Chata"... Y es que, su parecido físico es increible. Y cada vez que la veo, parece que imagino a este personaje principesco desfilar por mi calle... ahora con garrota y bolso en mano de la más alta calidad mediterránea.
Y es que mi vecina Paca está disfrutando estos días con la crisis financiera viendo cómo es previsible el derrumbamiento del euro y la vuelta de su añorada Peseta, aquelle moneda con la que su paga mensual daba de sí tanto como para ir cuatro veces al mes al mercadillo y venir con el bolso lleno. Y es que ahora, según me dice ella, con "este puto dinero" no me da "pa comprar ná de ná"... "¡Vaya puto dinero!" dice... "Al que haya inventao este puto dinero le tenía que dar una cagueta que cuanto más corriera, más cagara y si parara reventara"... es la eterna meditación de mi vecina Paca, que cuando ve salir a la Merkel en televisión defendiendo la moneda europea se pone amarilla porque ve que esa vieja está jodiéndonos a todos con su empeño de no dejar caer al "puto dinero" -o sea, al euro-
-¡Hostía tú!... ¡ven pacá! -me dijo un día- ¡Ay que susto copón! ¡Ay que susto con este puto dinero! ¡esto me va a llevar a mí a la tumba!
-¿Qué te pasa, Paca? -le dije yo.
-¿Que que me pasa? ¡Copón! el tío del banco que ma dao un susto mortal. Y es que he ido esta mañana al banco y cuando he vuelto a mi casa, he visto: 6.000. ¡Ay copón! ¡Pero hostia! ¿cómo he gastao yo un millón de pesatas en un mes y cómo es posible que me queden seis mil pesetas! ¡Imposible!
Así es que... he cogio mi garrota y me ido pal banco. Y ¡mia tú! el tío del banco má dicho:
¡Señora! No se preocupe usté... que es que ahora ya ponemos el dinero en la cartilla sólo en euros y ya no lo ponemos en pesetas.
-¡Ay copón que susto má dao usté! ¡Mire, mire! A mí déjeme de historias y del "puto dinero". A mí, póngame el dinero en Cristiano y no me lo ponga en Romano... así es que... escriba, escriba ahí: La Paca tiene un millón de pesetas.
-Pero Señora... eso ya no es posible. La maquinita de las cartillas ya sólo ponen la cifra en euros.
-¡Copón!... pos me lo pone a lápiz usté ahí abajo.
Así es que, así venía La Paca con cartilla en mano desde el banco. Con su dinero reseñado en euros y en pesetas -a lápiz-. No hubo manera de disuadirla de su batalla contra el euro.
Hoy, que Merkel sale en los telediarios, mi vecina Paca está medio enferma. Porque ve que sus esperanzas de tumbar el puto dinero se le van de las manos. Ella que estaba ilusionada con la caida de la moneda para poder volver así al mercadillo con billetes frescos, resulta que ve desfilar los días sin que las Pesetas resuciten de nuevo.
Y todo... todos sus males, es por culpa de esa Alemana maldita que encima viene a quitarle la idea de la Peseta a Zapatero.
¡Una verdadera vergüenza!
Y es que mi vecina Paca está disfrutando estos días con la crisis financiera viendo cómo es previsible el derrumbamiento del euro y la vuelta de su añorada Peseta, aquelle moneda con la que su paga mensual daba de sí tanto como para ir cuatro veces al mes al mercadillo y venir con el bolso lleno. Y es que ahora, según me dice ella, con "este puto dinero" no me da "pa comprar ná de ná"... "¡Vaya puto dinero!" dice... "Al que haya inventao este puto dinero le tenía que dar una cagueta que cuanto más corriera, más cagara y si parara reventara"... es la eterna meditación de mi vecina Paca, que cuando ve salir a la Merkel en televisión defendiendo la moneda europea se pone amarilla porque ve que esa vieja está jodiéndonos a todos con su empeño de no dejar caer al "puto dinero" -o sea, al euro-
-¡Hostía tú!... ¡ven pacá! -me dijo un día- ¡Ay que susto copón! ¡Ay que susto con este puto dinero! ¡esto me va a llevar a mí a la tumba!
-¿Qué te pasa, Paca? -le dije yo.
-¿Que que me pasa? ¡Copón! el tío del banco que ma dao un susto mortal. Y es que he ido esta mañana al banco y cuando he vuelto a mi casa, he visto: 6.000. ¡Ay copón! ¡Pero hostia! ¿cómo he gastao yo un millón de pesatas en un mes y cómo es posible que me queden seis mil pesetas! ¡Imposible!
Así es que... he cogio mi garrota y me ido pal banco. Y ¡mia tú! el tío del banco má dicho:
¡Señora! No se preocupe usté... que es que ahora ya ponemos el dinero en la cartilla sólo en euros y ya no lo ponemos en pesetas.
-¡Ay copón que susto má dao usté! ¡Mire, mire! A mí déjeme de historias y del "puto dinero". A mí, póngame el dinero en Cristiano y no me lo ponga en Romano... así es que... escriba, escriba ahí: La Paca tiene un millón de pesetas.
-Pero Señora... eso ya no es posible. La maquinita de las cartillas ya sólo ponen la cifra en euros.
-¡Copón!... pos me lo pone a lápiz usté ahí abajo.
Así es que, así venía La Paca con cartilla en mano desde el banco. Con su dinero reseñado en euros y en pesetas -a lápiz-. No hubo manera de disuadirla de su batalla contra el euro.
Hoy, que Merkel sale en los telediarios, mi vecina Paca está medio enferma. Porque ve que sus esperanzas de tumbar el puto dinero se le van de las manos. Ella que estaba ilusionada con la caida de la moneda para poder volver así al mercadillo con billetes frescos, resulta que ve desfilar los días sin que las Pesetas resuciten de nuevo.
Y todo... todos sus males, es por culpa de esa Alemana maldita que encima viene a quitarle la idea de la Peseta a Zapatero.
¡Una verdadera vergüenza!