Teologia







Parece ser que fue sobre el año 40 cuando aparecieron los primeros textos evangélicos en que se relataba la vida de un tal Jesús, llamado "el Cristo" o "el Mesías".
Dichos textos, fruto de una tradición oral surgida aproximadamente en el año 30 de nuestra era a raíz de la muerte de Jesús en la Cruz, relataban el acontecimiento de su Resurrección dando así origen a la Religión Cristiana.
La finalidad de esos textos fue dejar patente por escrito las tradiciones orales que, en relación a la pasión, muerte y sobre todo Resurrección de Jesús, se iban transmitiendo de boca en boca durante esos años en las comunidades religiosas surgidas a raíz de la visión divina y divinizante del personaje histórico. Hubo un momento en el cual iban muriendo todos aquellos que habían conocido personalmente a Jesús y habían sido testigos de sus hechos, sus dichos, su muerte y su pretendida resurreción. Fue entonces cuando las comunidades Cristianas vieron la necesidad de dejar por escrito a las futuras generaciones los hechos hasta el momento transmitidos oralmente por aquellos que habían conocido al supuesto "mesías", al "salvador", al "Cristo".
Y así surgieron los primeros textos relacionados con la muerte y resurrección del Mesías. Esos fueron los textos primigenios, toda vez que el hecho de la resurrección era el fundante y constituyente de la nueva religión surgida del Judaismo.
Después de aquellos textos, las comunidades sintieron la necesidad de dejar también por escrito todos aquellos hechos de los que fueron testigos las personas que conocieron a Jesús y que todavía seguían vivas y todos aquellos hechos transmitidos por tradición oral de personas que un su momento habían convivido con el Cristo.
Así fueron naciendo los distintos evangelios, fruto de tradiciones orales distintas y enredadas, confluyentes e incluso, a veces, contradictorias. Y surgieron los textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que con toda seguridad no fueron escritos por ninguno de sus supuestos autores sino que fueron fruto de tradiciones orales de distintas comunidades religiosas.
Entonces, alguien sintió también la necesidad de relatar los orígenes. ¿Dónde había nacido el tal Jesús? Nadie conocía los hechos relativos a su infancia, los hechos relativos a sus primeros días toda vez que los que conocieron a Jesús, únicamente sabían de lo acaecido en su vida en los tres años anteriores a su muerte. Pero sus anteriores vivencias eran desconocidas por todos ellos. Jesús era -como somos todos- un personaje anónimo del cual nadie sabía nada acerca de su nacimiento, infancia y juventud.
He aquí que los elaboradores de los textos empezaron a completar aquellos evangelios con relatos "teológicos y con finalidad teológica" acerca de los hechos más remotos de la vida de Jesús que nadie conocía. Y como a esas alturas, Jesús ya era para esas comunidades el "Cristo", el "Mesías", el "Salvador" que, con cuya Resurrección, había redimido al género humano, empezaron a redactarse textos de género literario "midrásico" en los cuales se reconstruía el nacimiento y niñez de Cristo desde una visión teológica para demostrar que ya desde su nacimiento, Jesús cumplía con todos los requisitos necesarios y anunciados por los profetas.
Así, hicieron nacer a Jesús en Belén, porque el profeta lo había anunciado.
Jesús era descendiente de la casa de David, porque el profeta del Antiguo testamento ya lo había anunciado.
Jesús nació pobre, porque en la pobreza habría de manifestarse lo divino.
El nacimiento de Jesús fué anónimo para los ricos y visible para los pobres, porque el Dios grandioso se manifestaría en la humildad plena de una cueva perdida en el campo.
Los magos extranjeros acudieron a adorarle, porque el Cristo no sólo venía a salvar al pueblo judío sino que se manifestaba también para los gentiles, para los extranjeros. Porque era el redentor del género humano completo.
Oro, incienso y mirra es lo que los magos ofrecieron al Mesías: oro, por ser Rey; incienso por ser Dios y mirra por su humanidad.
Y una gran estrella anunciaba todo el acontecimiento: porque el nacimiento del Mesías habría de manifestarse en la creación divina.
Y, por último... al pasar de los siglos, la fecha de su nacimiento se establecia el día 25 de diciembre: día del sol naciente. Día en que el sol vence a las tinieblas. Día en que la Luz vence a la oscuridad. Cristo, Luz del mundo que nace.
Jesús, el Cristo, sigue hoy -a pesar de su discutible iglesia- con tanto protagonismo como hace siglos.
Es lo que, con una carga enorme de símbolos, celebramos -conmemoramos- en estos días. Creyentes y no creyentes: el simbolismo de estas fechas, nos absorbe a todos. Es la fuerza de la Navidad.

FELIZ NAVIDAD A TODOS.


PD. Fotos cedidas por "El blog que Thiago"