Como Edtor conoce a Raúl.

Desde niño siempre fui fanático del béisbol, y aun lo soy, de hecho recuerdo que siempre le decía a mis padres que cuando grande sería un beisbolista profesional de alguna liga muy importante. Una vez estuve en un equipo de béisbol el cual pertenecía a la universidad donde estudie una carrera que nunca culminé. Como de costumbre, un fin de semana nos trasladamos a otra ciudad porque teníamos juego contra la misma universidad, pero de otro núcleo. Ya trasladados a esa ciudad y en pleno campo, un niño de aproximadamente 8 años se me acerca y me dice:

- toma, aquel señor me dijo que te entregara este Gatorade.

En esa ciudad yo no conocía a nadie, solo a una tía que tenia años que no veía, por supuesto, que pensé que el niño o quien me enviaba la bebida estaba equivocado, pero como aquel sol (que aun recuerdo) era tan fuerte, no lo pensé dos veces para tomar la bebida y decirle al niño.

- dale gracias a quien me lo envía.

Como al 7mo inning me toco batear después de otras veces y en mi segundo intento le di a la bola, impulsándola entre segunda y tercera y golpee la cabeza de un señor que miraba el partido pero que estuvo descuidado. Cuando ya estoy en tercera base esperando mi impulso uno de mis compañeros se acerca y me dice:

- Edtor, al señor que golpeaste en la cabeza se lo llevaron cargado a una clínica, parece que lo llevaban inconsciente.

Mire hacia una de las salidas del campo y noté que mi compañero no mentía, así que le pedí que corriera por mí, troté hacia las personas que llevaban cargado a ese señor. Ellos lo subieron en un taxi y yo me fui en otro atrás y sin conocer algo de esa ciudad fui a parar a una clínica con esas personas.

Una vez ya en la clínica, las personas que trasladaron al señor que golpee con la pelota me decían en la sala de espera que el señor era quien coordinaba los juegos deportivos del núcleo con quien mi equipo y yo jugábamos esa tarde, cosa que me preocupo aun más. Luego de unos 45 minutos de espera, nos dicen que le hicieron una sutura en la parte de atrás de la cabeza y ya se podía dialogar con él, yo espere que sus colegas o amigos entraran hasta la habitación donde se encontraba el señor herido y hablaran con él mientras pensaba que decirle.

Cuando ya habían trascurrido unos 10 minutos decidí entrar a saludar pensando que ya era de su conocimiento que quien estaba afuera, había sido quien le ocasionara el daño, así que me armé de valor a verlo, esperando cualquier tipo de reacción fuerte de su parte. Cuando me ubico frente la puerta no me salió más que decir.

-¿cómo se siente?

Y así inicio una conversación.

- algo aturdido, pero el médico dice que voy a estar bien.

- ufff... de verdad me alegra. Quería decirte que….

- no te preocupes, lo importante es que voy a estar bien.

- ah, bueno… sí, creo tiene razón.

- deberías estar en el juego ¿no?, la última vez que te vi estabas bateando tu.

- jeje… bueno si, pero se me presento un inconveniente con mi último batazo.

- jajaja… lástima verdad.

- bueno, quise decir… por usted.

- déjalo así puedes estar tranquilo, lo importante es que estoy bien.

- sí, tiene razón.

- sí.

- oiga, en vista que… bueno ya sabe, voy a regresar, mis profesores se pueden preocupar por mi ausencia.

- ok, está bien, no te preocupes.

- de todas formas supe que trabaja en la universidad así que, pues, quizás nos volvamos a ver.

- bueno si.

- sí.

- bueno, espero verlo pronto, que mejore.

- gracias, tu cuídate de no batear tan fuerte.

- jeje… lo tendré en cuenta.

Cuando estaba por salir de esa habitación, él dice.

- ¿hey… y el Gatorade estaba frio?

Recordé aquel niño en el campo que pensé se equivocaba de persona y sonriendo le respondí.

- heeee… si, si, no sabía que se trataba de usted.

- es que no volteaste a ver quien lo enviaba.

- bueno si, tiene razón, gracias.

- a ti por el paseo.

- ¿paseo?

- ya sabes a la clínica.

- ah ok, jejeje…

Luego me retiré de la clínica hasta el campo, y dos de mis compañeros me estaban esperando para guiarme hasta el hotel, el partido había terminado (habíamos ganado). Cuatro días después, ambos núcleos se reunieron en un sitio para hacer algo así como una despedida por los juegos, la convivencia y otras actividades.

Allí llego de nuevo el señor “con su esposa e hijo” lo mire de lejos y pues, quise preguntar como seguía pero deje pasar más el tiempo hasta que estuve en un baño orinando y él se para a mi lado a orinar diciéndome.

- ¿no cargas un bate de beisbol verdad?

- jejeje… no, puede orinar tranquilo.

- por cierto, mi nombre es Raúl.

- ah ok mi nombre es Edtor, cuando me lave las manos le doy alguna jejeje…

- ok no te preocupes.

- usted como siempre, que no me preocupe.

- bueno sí, soy una persona muy tranquila.

- si ya lo creo. ¿Oiga y la señora y el niño que llegaron con usted, son su familia?

- ah, pero me vistes llegar y no te me acercaste a preguntar como seguía o a saludarme.

- es que esperaba el momento apropiado, mejor lo dejaba llegar y saludar a las personas.

- bueno, la señora es mi esposa y el niño es mi hijo.

- ah que bien, bonita familia.

- sí.

Ya fuera del baño y al pasar unas cuantas horas, me había tomado unos… (Perdí la cuenta de los vasos de whisky) el señor Raúl y yo nos mirábamos de lejos y sonreíamos. A eso de las 4 de la madrugada (porque la reunión empezó a las 8:00p.m.) noté que él y su esposa se despedían de las personas. Luego, se acercó a la mesa donde yo me encontraba sentado con mis amigos, me extendió su mano para despedirse y yo sujetándola me levante y con mi mano izquierda sobre su hombro derecho lo hice caminar unos 6 pasos lejos de la mesa donde me encontraba y le comenté.

- Raúl, esteee… en vista de lo que pasó la tarde del juego, me gustaría si algún día vas a mi ciudad, pues te comunicaras conmigo a ver si nos sentamos a… no se… tomarnos un café, unas copas. Qué te parece si te apunto mi numero y…

- ok, perfecto Edtor, más bien toma en esta servilleta mi numero ya había pensado en lo mismo. Por cierto, ¿por qué escribes tu nombre con D y con no con C?

- mi papá dice que fue un error de la secretaria que transcribió mi partida de nacimiento y decidieron dejarlo así.

- ah ok, chévere, perfecto. Bueno que tengas una feliz noche.

- ¿Edtor, tu delegación se va cuando?

- mañana a las 12:00m. pero no estoy seguro.

- bien. ¿Y piensas beber hasta que hora esta noche?

- mira, allí quedan 2 botellas, mis amigos son unos vikingos para beber, quizás amanezcamos.

- bien. Bueno, espero verte pronto entonces.

- igual cuídate.

Luego de ese instante, me senté nuevamente en la mesa, escuchaba a mis amigos decir cosas del juego, de las mujeres de ese núcleo y reírse de ellos mismos, mientras que yo miraba a Raúl alejarse caminando hacia su auto. El se subió del lado del conductor, su esposa del lado del copiloto y su hijo atrás. Encendió el auto y las luces, y luego de 4 minutos, el se baja, su esposa también, el toma unas llaves las mete en el bolsillo derecho de su pantalón, su esposa camina hasta la puerta del conductor del auto y dándole un beso en la boca a Raúl se despiden. Raúl, sierra esa puerta suavemente, luego va hasta su hijo que se asoma en la puerta de atrás, le da un beso al chiquillo, le dice algo y se acerca caminando a la mesa donde se encontraba sentado y sus colegas le gritan en voz muy alta.

- Eeesooooo…. Pidió permiso para quedarse más tiempo y lo dejaron.

Cuando escuche eso, sentí millones de emociones girar en mi estomago, cosa que no puedo distinguir entre embriagues o emoción de alegría. Tras transcurrir unos 30 minutos Raúl me envió un mensaje de texto que decía.

- ¿quieres beber en un sitio diferente?

Al cual yo respondí.

- ¿Quién de los dos sale con una botella en mano?

Y me respondió.

- Sales de aquí cuando te repique al celular.

Cuando eso pasó y salí del sitio, Raúl estaba afuera en una avenida esperando un taxi de una línea que él había llamado para que pasara por nosotros. Al transcurrir 30 minutos más, supe que se sentía hacer el amor en la habitación de un hotel.

En esta habitación el me explico, que de las respuestas que yo le daba cuando se despedía de mi, dependería si improvisaba una escusa para su esposa cuando ambos se subieran a su auto para quedarse en el sitio.

Y así nos pasamos la noche, teniendo sexo, diciéndonos cuanto nos gustaba uno al otro. Hasta la mañana siguiente que yo debía tomar mi bus de regreso a mi ciudad y el a su hogar en su vida de heterosexual.

De niño a adolescente tuve una relación (sólo sexo) con un amigo (Felipe) que vive frente al apartamento de mis padres. El siempre tuvo su novia, al igual que yo la mía, pero de vez en vez él y yo teníamos sexo. Nos mantuvimos así por unos 6 años, (antes de conocer a Raúl) fue algo así como un secreto de amigos. Con la llegada de Raúl a mi vida aquella situación fue cambiando, al principio Raúl solía venir a mi ciudad por cuestiones de trabajo o negocios y yo uno que otro fin de semana iba a la suya.

Así nos mantuvimos los dos primeros años después de haberle roto la cabeza con la pelota Rawlings en aquel partido de béisbol, el resto del tiempo, él en su ciudad con su familia, yo en la mía con mi novia y mi vida social normal.

Con el pasar del tiempo las cosas fueron mutando por si solas, mi relación con Felipe había desaparecido, mi novia empezó a aburrirme, desesperarme, incomodarme y también se acabo, con respecto a Raúl, todo intacto. Nunca me incomodo el hecho que aun existía su esposa y su hijo porque nunca los vi en el medio de nosotros, ya que de alguna u otra forma quien estaba en el medio era yo, aunque el siempre decía: “una cosa es lo que siento por mí esposa y otra es la que puedo sentir por un hombre, son sentimientos totalmente distintos”. Pero, para ser sincero, mi tranquilidad siempre existió en que Raúl siempre estuvo cuando quise, nunca su esposa fue impedimento para seguir con aquel secreto. (Así estuvo todo por muchísimo tiempo)

Hasta que llego un momento en mi vida que cambio las cosas por completo. Como había terminado mi relación con Felipe, con mi novia y Raúl vivía en otra ciudad, empecé a sentirme algo solo a excepción de cuando me encontraba con Raúl en hoteles, playas, apartamentos, viajes, cualquier viaje que inventábamos. Pero, como fue una relación que nunca se hablo, empecé a tener sexo con los pocos hombres que llamaban mi atención, cosa que aunque le medio incomodaban, el siempre estuvo confiado de mi, así como yo de él, nunca le importaba que yo estuviese con otra persona, porque en el fondo sabia que cuando él llegaba, todo cambiaba, lo mismo le pasaba conmigo.

Con ese cambio en mi vida, existieron momentos en que Raúl se sentía incomodo consigo mismo por cosas que yo hacía solo y que el cómo tutor y padre de familia no podía hacer, como ir a la playa, noche de copas con amistades, entre otras cosas.

Un día me llamo al celular:

- catire, vamos a vernos en mi ciudad para mostrarte algo.

Mis oídos sólo escuchaban eso y mis piernas se iban solas al terminal a buscar a Raúl. Una vez ya con él, me subió a su carro y hablamos de todo mientras manejaba menos de lo que quería mostrarme… hasta que llegamos a un edifico de estructura recién construida, subimos a un apartamento completamente vacío, me miró y dijo:

- que te parece este sitio.

- pues, bonita vista, pero, no te parece que está como muy vacio.

- si Edtor, pero qué opinas si llenas el apartamento con lo que quieras en tu cabeza y dime qué te parece.

- bueno aja, si, muy bonito y tal, pero ¿Qué piensas hacer con esto, vas a comprarlo, remodelarlo y venderlo?

- no Edtor, el lunes pasado mi esposa y yo tomamos la decisión de divorciarnos, el jueves hablamos con un abogado y él se está encargando del proceso de divorcio.

- verga chamo, la debes estar pasando muy mal, ¿por qué no me lo habías contado?

- bueno, tu sabes decisiones que debemos tomar para que las cosas sigan marchando.

- ¿y piensas mudarte aquí mientras te estabilizas o qué? ¿Vas a empezar de cero Raúl?

- no Edtor, quería mostrarte este apartamento y pedirte que te mudes a esta ciudad, aquí conmigo, ya no quiero seguir encontrándome contigo los fines de semana o de mes en mes, quiero que seamos pareja.

Después de ese momento… han pasado 9 años y precisamente en aquel apartamento donde entré y estaba totalmente vacío, hoy me encuentro sentado frente una PC que compramos, escribiendo la historia de cómo conocí a Raúl, aquel lindo, tierno y bello gordito blanco que hoy día es quien sirve mi almuerzo y me lleva la toalla al baño todos los días del mundo.

Si al principio de mudarnos juntos fue un poco difícil, yo en casa había dicho que me vendría a esta ciudad a estudiar otra carrera y él decía que yo solo era un muchacho que estaba alquilado en su apartamento, pero así fue como viví los primeros años de mi vida después de conocer a Raúl, a estas alturas de nuestras vidas no es un secreto para nadie de mi familia, para la suya o algunos conocidos.

Al igual que toda relación heterosexual u homosexual existen momentos buenos y malos, pero es algo que forma parte de toda relación, de hecho, creo que así son las relaciones jejeje… pero lo más importante de todo es que (siempre juntos) hoy día me ubicó de pie en el miradero de nuestra relación y a lo lejos puedo ver que ahora es cuanto nos queda por vivir esta vida que decidimos llevar.

Es así como conocí a Raúl, justamente cuando él no se hacía la idea de conocer a alguien más en su vida, y justamente cuando yo pensaba, que como me encontraba, sería el resto de mi vida, y que no la cambiaría, el destino se encargó de hacer su trabajo a su antojo. Descubrí que mantener una relación a distancia no es nada difícil, pero cuando sientes algo especial por esa persona, no te importa ninguna otra cosa, ni ninguna persona, y con el solo hecho de ver a esa persona, parece que el tiempo nunca pasó y que en cada encuentro es más y más difícil despedirse.

Pero vivir juntos… jejeje… es mejor aun, yo nunca pensé que compartiría con otra persona mis calcetines, mi ropa interior, mis camisas de vestir y menos que bañarme con alguien en las noches antes de dormir, sería un ritual irrompible jejeje.