¡Tatúame el corazón! No te quedes en mi dura piel. Quiero que dibujes en mi corazón las mismas formas que has pintado ya en mi alma con la aguja de tu amor. Tatúame para siempre, pues para siempre seré ya tuyo... Tatúame el corazón, pues nadie más volverá a abrirlo, pero si alguien lo hiciera, quiero que vea allí tu marca ya indeleble. Tatúame el corazón; como has tatuado cada una de mis células, penétrame bien a dentro como tu semen me ha penetrado para marcar tu territorio, aquel donde nadie ha mirado jamás con los mismos penetrantes ojos con los que me miraste tú, y que, ahora, han marcado su posesión en mi cuerpo ya eternamente.
Tatúame o mátame, pero no me dejes sin marcar, porque ya no podré vivir sin contemplar cada día tu huella en mi reflejo...
Tatúame o mátame, pero no me dejes sin marcar, porque ya no podré vivir sin contemplar cada día tu huella en mi reflejo...